Con el tipo de vida que actualmente se lleva, las personas tienden a ser sedentarios, a comer más calorías de las que utilizan y a consumir alimentos procesados.
Es muy fácil subir de peso, y para complicar aún más la cosas, al envejecer el metabolismo disminuye y es más sencillo acumular la grasa en los sitios que menos nos agradan y que son más peligrosos para la salud.
Si tienes más de 40 años y quieres perder peso, no te desesperes, estas 7 recomendaciones te ayudarán a ver los resultados que tanto quieres:
•Asegúrate que el desayuno sea la comida más fuerte de tu día: varios estudios confirman que comer más calorías al inicio del día, en el desayuno y comer ligero en la noche ayuda a perder peso y combatir la obesidad. Y no sólo eso, la hora en la que se come también puede reducir el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, presión alta y colesterol elevado en la sangre.
• Incluye proteínas en el desayuno: Para que no se tenga tanto apetito el resto del día, y se pueda perder peso, las proteínas que se pueden comer son huevo, las claras, yogurt o queso cottage, estas ayudan en la formación de músculos.
• Aumentar la actividad física: normalmente con la edad se hace menos ejercicio, no se necesita correr un maratón de la noche a la mañana; si desea perder peso, se debe de aumentar la actividad física poco a poco e incorporarla a la rutina diaria. La importancia del ejercicio que selecciones es la actividad que se puede realizar y mantener, si es algo que te agrada, aún mejor, ya que eso ayudará a que lo continúes realizando.
Es importante recordar que caminar o trotar también es ejercicio, muy bueno para perder peso y no es costoso, por esto no hay excusa para no iniciar.
• Dormir lo suficiente: los adultos necesitan entre 7 y o horas de sueño cada noche, si se duerme mal aumentan las posibilidades de subir de peso.
•Ponerse metas realistas: por ejemplo, procurar perder 1 a 2 libras (0.45 a 0.9 kg) por semana. La mayoría de las personas lo logran con un balance entre lo que comen y el ejercicio que hacen. Algunas prefieren enfatizar el ejercicio sobre lo que comen o viceversa. La meta debe ser hacer cambios pequeños y graduales a los hábitos de vida e idealmente que se puedan incorporar para que eventualmente estos se vuelvan “un estilo de vida” y se logre mantener un peso saludable.
En este proceso, es de vital importancia la constancia y aprender a no ver estos cambios como “una dieta constante”, sino como un nuevo estilo de vida que con seguridad beneficiará la salud y ayudará a llevar una vida sana.
D.A.