Ser creativos y aprovechar las crisis para sacar el mejor provecho de ellas es lo que han venido haciendo trabajadoras sexuales en Puerto Boyacá, que junto al administrador de la casa de citas, resolvieron migrar hacia otro negocio para poder sobrevivir.
Resolvieron dedicarse a la venta de frutas y verduras para ganarse el sustento diario, por cuanto el aislamiento les cerró por completo la posibilidad de seguir ejerciendo el oficio, cosa que amenazaba con dejarlos del todo, sin el pan diario de cada día.
“Como todo quedó cerrado y nosotros sobrevivimos es de esto, entonces yo hablé con ellas. Vamos a vender frutas para que nos dé el pan de cada día”, explica Diego Alexánder Ciro, administrador de la casa de citas. –
Ellas han lograron llevar dinero a sus familias gracias a esta idea.
#DIARIOLALIBERTAD









