Hoy son muchos los propósitos que por tradición suele hacerse la mayoría de las personas, cuando el almanaque indica que un año nuevo ha comenzado.
En otras palabras, las intenciones y los objetivos trazados para los próximos doce meses, las promesas personales y las preocupaciones, ocupan así sea por algunos minutos, la mente de todos los seres humanos.
Los colombianos como sociedad compartimos expectativas y metas comunes, particularmente para el caso de los barranquilleros y atlanticenses, las perspectivas son positivas para el año que comienza, teniendo en cuenta las proyecciones que nos muestran las administraciones de Elsa Noguera De la Espriella y Jaime Pumarejo.
Llegó el 2020, año en el que queremos sea mejor en todos los aspectos, en esta fecha es inevitable hacer el consabido balance de lo que fue bueno, regular o malo; de lo que hay que recordar, pero también de lo que hay que olvidar, por lo que resulta inevitable planear las acciones para mejorar, desechando lo que definitivamente no conviene y formular nuevos proyectos que den realidad a nuestros sueños.
Este balance se hace en todas las esferas: en lo personal, en lo público, en lo privado, pero finalmente el pasado es pasado, por aquello que “quien olvida el presente por recordar el pasado puede perder el futuro”.
Por eso esperamos que en el 2020, se cumplan los deseos de muchos de nuestros compatriotas agobiados por el desempleo, el desplazamiento, el secuestro, el hambre, la falta de oportunidades para vivir mejor, para estudiar y para forjarse una mejor existencia.
Para este 2020 el país también necesita claridad acerca del posconflicto, que no existan más preguntas que respuestas, que no esté más cobijado por un manto de dudas y así los colombianos empecemos a creer que en realidad este proceso que nos dejó un acuerdo de paz, nos conducirá a la verdad, la justicia y la reparación.
Queremos un mejor trato y mejores posibilidades para con los miles de desplazados; nos gustaría ver más líneas de acción que permitan generar empleo y con él se disminuyan los índices de desempleo y pobreza que agobian a gran parte de los colombianos.
En nombre de la comunidad barranquillera y atlanticense, debemos exigirles a nuestros nuevos gobernantes, darle cumplimiento a lo prometido a la ciudadanía en sus recorridos por la ciudad y el departamento, durante sus actividades administrativas.
Hay que recordarles que la situación no puede quedar únicamente en el ofrecimiento, la solicitud de apoyo y la colaboración pedida a la comunidad, que sea este 2020 la oportunidad para desarrollar su capacidad de trabajo y el gran ingenio para encontrarle soluciones a los tantos problemas y necesidades que vienen aquejando a la población, especialmente la asentada en las zonas marginadas de Barranquilla y el Atlántico, donde los niveles de pobreza nos han rezagado en el concierto nacional. Mucha expectativa existe entre la ciudadanía de Barranquilla y el Atlántico por lo que será el comienzo del nuevo año, sobre todo cuando se nos viene un evento de talla internacional como lo es la Copa América y la Asamblea del BID, destacándose también el optimismo que reina en un importante sector de la población, por lo que podrá desarrollarse a favor de los más necesitados
Que este año nuevo se convierta en mejores oportunidades para nuestros lectores y anunciantes, sinceros agradecimientos por habernos preferido en el 2019 y que el 2020 siga pletórico de nuevas posibilidades de progreso para todos.
#DIARIOLALIBERTAD