El presidente Gustavo Petro lanzó fuertes críticas contra la Organización de Estados Americanos (OEA) por no pronunciarse ante los recientes ataques aéreos de Estados Unidos contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico, señaladas de estar vinculadas con el narcotráfico. Estas operaciones han dejado más de 60 personas muertas, según cifras preliminares.
A través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), Petro calificó los hechos como “ejecuciones extrajudiciales”, respaldando su afirmación en un reciente pronunciamiento del alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, quien condenó los ataques y exigió que cesen de inmediato.
El mandatario colombiano cuestionó duramente la falta de acción del organismo interamericano. “Si Estados Unidos está violando el derecho internacional con estos ataques, ¿por qué la OEA no se reúne para analizar esta grave situación?”, manifestó. Además, señaló el aparente doble rasero en la aplicación de la Convención Americana de Derechos Humanos, preguntando si “solo sirve para sancionar a los países latinoamericanos, pero no a las potencias”.
Petro insistió en que los recientes bombardeos evidencian una violación sistemática de los derechos humanos en la región y advirtió que la legitimidad del sistema interamericano está en juego. “O somos un continente de naciones soberanas, o seguimos siendo un continente sometido a un imperio”, afirmó.
De acuerdo con reportes internacionales, al menos 15 embarcaciones han sido destruidas por las fuerzas estadounidenses en aguas internacionales, la mitad de ellas en el Pacífico. Estas acciones, justificadas por Washington como parte de su lucha antidrogas, han generado nuevas tensiones diplomáticas con los gobiernos de Colombia y Venezuela, a los que Estados Unidos ha acusado reiteradamente de favorecer el narcotráfico.
El pronunciamiento del presidente Petro reaviva el debate sobre el papel de la OEA y su independencia frente a las potencias del hemisferio, en medio de un contexto regional donde crecen las voces que piden una reforma profunda del sistema interamericano de derechos humanos.












