EE. UU niega planes de ataque a Venezuela,  pero refuerza su presencia militar en el Caribe 

En medio de crecientes tensiones diplomáticas en la región, el Gobierno de Estados Unidos negó este sábado estar preparando un ataque militar contra Venezuela, aunque confirmó un aumento en sus operaciones militares en el Caribe, lideradas por el Comando Sur.

De acuerdo con el Pentágono, unidades del Cuerpo de Marines realizaron en los últimos días entrenamientos anfibios y de infiltración en territorio puertorriqueño, como parte de los ejercicios rutinarios de seguridad y cooperación regional. Las maniobras, ejecutadas por la Vigésimo Segunda Unidad Expedicionaria de Marines, incluyeron el uso de aerodeslizadores LCAC, helicópteros UH-1Y y Apache, y vehículos tácticos Polaris MRZR, en operaciones que simularon desembarcos y aseguramiento de posiciones.

El Comando Sur explicó que estas acciones tienen como objetivo combatir el narcotráfico, fortalecer la defensa regional y proteger los intereses estratégicos de Estados Unidos en el hemisferio occidental. Sin embargo, su realización ha despertado preocupación internacional, al producirse en medio de versiones sobre una posible ofensiva contra el gobierno de Nicolás Maduro.

Medios estadounidenses habían informado recientemente que Washington estaría evaluando ataques selectivos contra instalaciones militares venezolanas, acusadas de servir como centros de apoyo a redes de tráfico de drogas. En respuesta, tanto el presidente Donald Trump como su secretario de Estado, Marco Rubio, rechazaron categóricamente esas versiones, asegurando que no existen planes de intervención en Venezuela.

Pese a ello, el despliegue militar estadounidense continúa fortaleciéndose. En las últimas semanas, el Pentágono envió al Caribe su portaaviones insignia, el USS Gerald Ford, considerado el más grande y avanzado del mundo, con capacidad para operaciones de gran escala. Fuentes militares confirmaron que, durante estas maniobras, se destruyeron más de una decena de embarcaciones vinculadas al narcotráfico, lo que evidencia una mayor actividad militar en la región.

Mientras tanto, Caracas ha advertido que cualquier incursión extranjera será considerada una violación de su soberanía. Analistas internacionales sostienen que esta nueva fase del despliegue estadounidense refleja un mensaje de presión política hacia el régimen de Maduro, sin que ello implique, por ahora, una acción bélica directa.

Con esta intensificación de operaciones, Washington busca reafirmar su liderazgo en el Caribe y enviar una señal clara de vigilancia y control sobre las rutas ilícitas que, según sus autoridades, amenazan la seguridad del continente.