En el marco del Día de los Angelitos, la Iglesia recuerda que esta fecha es una oportunidad para fortalecer la fe en familia y enseñar a los niños a caminar en la luz de Dios.
Redacción Sociales
LA LIBERTAD
Cada 1º de noviembre, la Iglesia Católica invita a las familias a vivir el Día de los Angelitos, una tradición que destaca la pureza y la alegría de los niños como un reflejo de la santidad.
Para comprender mejor esta celebración, el sacerdote Jair Panza, delegado de la Pastoral Infantil de la Arquidiócesis de Barranquilla, explicó su origen, su sentido y la forma en que hoy se vive en las parroquias del Atlántico.
Según contó, esta tradición surgió de las vísperas de la solemnidad de Todos los Santos, celebrada el 1º de noviembre. En sus orígenes, la Iglesia realizaba esta vigilia como un signo de oración acompañado por la luz en medio de la noche, símbolo de la presencia de Dios.
Con el paso del tiempo, algunos de estos sentidos se fueron perdiendo, especialmente cuando otras celebraciones tomaron protagonismo. Sin embargo, la Iglesia ha procurado mantener viva la esencia de esta fecha, que invita a los niños a ser parte del camino de la santidad desde una edad temprana. Por eso, este día se asocia especialmente con ellos.
“La Iglesia, sobre todo la Arquidiócesis, siempre ha celebrado y rescatado el Día de Todos los Santos, y resalta ese día de los niños precisamente para desde la niñez empezar a vivir la santidad, porque el camino de la santidad lo vivimos desde los valores cristianos que empezamos a tener desde muy niños”, detalló.
El sacerdote explicó que la celebración busca resaltar la luz, la gracia y la alegría que representan los pequeños. Recordó, además, que en la Biblia, Jesús siempre mostró un cariño especial por los niños y los puso como ejemplo de sinceridad y confianza.
Por esta razón, la Iglesia no habla de “disfraces”, sino de “revestirse” de la gracia y del amor de Cristo. Los niños asisten vestidos de ángeles o de santos como un gesto que recuerda la pureza y el amor de Dios.
De acuerdo con el padre Panza, el mensaje central de este día es sencillo, y destaca que la santidad es un camino que se construye poco a poco, y qué mejor que empezar a recorrerlo desde los primeros años de vida.
En cuanto a la forma en que se celebra, el sacerdote recordó que hace algunos años la Arquidiócesis reunía a muchas parroquias en un solo lugar para una gran actividad llamada Angelitos por la Paz.
Sin embargo, para llegar a más niños, ahora cada parroquia celebra su propio encuentro. Durante este día, los pequeños llegan vestidos de angelitos o de santos, participan en juegos, dinámicas, reflexiones, momentos de oración, y comparten dulces y actividades recreativas. En algunos casos, si ya han recibido la primera comunión, pueden comulgar y vivir la Eucaristía.
El padre Panza destacó que esta tradición sigue muy viva en varios municipios del Atlántico, donde los niños no salen la noche del 31 de octubre, sino que celebran la mañana del 1º de noviembre con actividades en la plaza principal o en el templo.
Señaló que sería valioso que Barranquilla retomara con fuerza esta práctica, pues en muchos pueblos continúa siendo una fecha muy especial para las familias.
Durante la entrevista con el medio, también explicó que este día fortalece la unión familiar, ya que los padres acompañan a los niños al templo y viven con ellos la celebración. Para la Iglesia, esto es fundamental, porque la fe se enseña primero en el hogar.
“Al entender que los niños no van solos al templo, podemos darnos cuenta que son los padres los primeros en hablarles de la fe, por eso se convierte en una celebración conjunta, y es que ahí, no solo van a recibir dulces, sino también el alimento espiritual y la bendición”.
Por eso, el Día de los Angelitos no es solo una jornada para los pequeños, sino un momento para que toda la familia comparta, reciba bendiciones y se una más a su comunidad.
Al final, el padre Jair Panza hizo una invitación a todos laos hogares del Atlántico para que se acerquen a sus parroquias y participen en esta fiesta.
“Es un día para vivir la alegría, la pureza y la luz. Qué bonito que la cita este día sea en un templo, caminando junto a Jesús, y no en un centro comercial o parque”, expresó.

















