Crece la polémica por la hoja de vida del rector designado de la Uniatlántico

Dos certificaciones contradictorias sobre la experiencia laboral de Leyton Barrios en la Universidad Americana generan dudas sobre la legitimidad de su designación como rector de la Universidad del Atlántico.

 

La controversia en torno a la elección de Leyton Daniel Barrios como rector de la Universidad del Atlántico no cesa. Nuevas revelaciones sobre su hoja de vida han levantado serios cuestionamientos sobre la veracidad de la información presentada ante el Comité Electoral, luego de conocerse dos certificaciones opuestas emitidas por la Corporación Universitaria Americana.

El primer documento, fechado el 27 de agosto de 2025, fue firmado por la coordinadora de Gestión Documental de esa institución, quien aseguró que Barrios no había tenido ningún tipo de vinculación laboral con la Universidad Americana. Sin embargo, tan solo unos días después, el 1 de septiembre, dos directivas —Stella Gutiérrez Consuegra, secretaria general y directora jurídica, y Rosa María Bracho Acocha, directora administrativa y de recursos humanos— firmaron una nueva certificación en la que afirman que el ahora rector sí mantuvo un vínculo contractual ininterrumpido durante cuatro años.

La contradicción entre ambas versiones ha generado inquietud dentro de la comunidad universitaria y entre los estamentos académicos, que reclaman claridad sobre la documentación presentada por Barrios. La situación se agrava porque, durante su gestión como secretario de Educación del Atlántico, el hoy rector suscribió contratos por más de 7.000 millones de pesos con la misma Universidad Americana, lo que ha despertado sospechas de un posible conflicto de intereses.

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A investigación.

 

La controversia también ha salpicado a la rectora de la Corporación Universitaria Americana, Alba Lucía Corredor Gómez, quien ha sido señalada indirectamente en medio de las versiones contradictorias sobre el vínculo laboral de Barrios. Sectores académicos advierten que esta situación pone en riesgo la reputación de una institución que, bajo su dirección, ha mantenido altos estándares de calidad y prestigio en el Atlántico.

Para muchos, las certificaciones opuestas representan un golpe a la credibilidad de la gestión de Corredor Gómez, reconocida por liderar durante años una universidad con sólida trayectoria académica. “Este caso ha sido como un dardo directo al corazón de una institución que siempre se ha destacado por su seriedad y compromiso con la formación profesional”, señalaron fuentes internas consultadas.

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La comunidad educativa insiste en que la rectora debe aclarar públicamente las inconsistencias y garantizar que los documentos emitidos por su despacho sean verificados con rigor, a fin de proteger el nombre y la transparencia de la Corporación Universitaria Americana.

Hasta el momento, Leyton Barrios no ha ofrecido declaraciones públicas sobre las inconsistencias. Sin embargo, desde su equipo se ha insistido en que todo el proceso se llevó a cabo conforme a los lineamientos del Comité Electoral y que la documentación fue validada por las autoridades correspondientes.

A la espera de una investigación formal, la comunidad universitaria exige respuestas claras que permitan restablecer la confianza en la institución y evitar que el prestigio de la Uniatlántico se vea comprometido en medio de un escándalo que no deja de crecer.

¿Quién miente? La encrucijada de la Universidad Americana y las certificaciones sobre Leyton Barrios