Medellín honra la memoria del Palacio de Justicia

El reloj marcaba las once de la mañana cuando el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, descubrió la obra que la ciudad entrega al país como homenaje a una de las heridas más profundas de la historia colombiana: la toma y retoma del Palacio de Justicia, ocurrida entre el 6 y el 7 de noviembre de 1985.

La escultura, titulada Vacío Presente y creada por el artista Danilo Cuadros, se erige como un símbolo de memoria, justicia y dignidad. No es solo una pieza de arte público, es una herida convertida en luz.

La obra, fundida en metal y cargada de silencios, recuerda las 28 horas en que el fuego intentó borrar la justicia. Su forma abstracta, que combina vacío y reflejo, busca representar la ausencia de quienes perdieron la vida, pero también la presencia viva de la memoria que no se rinde. “Esta escultura no es un adorno urbano, dijo el alcalde, es una lección de país. La luz que de ella emana representa tres virtudes esenciales: la verdad que ilumina, la ley que orienta y la dignidad que no se negocia”.

Gutiérrez habló frente a magistrados, sobrevivientes, familiares de víctimas y representantes de la Rama Judicial. Su discurso, sereno pero firme, evocó las palabras que hace cuarenta años estremecieron al país: las del presidente de la Corte Suprema, Alfonso Reyes Echandía, cuando imploró por radio: “¡Por favor, que cese el fuego!”.

Aquella súplica, recordó el mandatario local, sigue siendo una advertencia viva: “La violencia nunca puede ser la respuesta. Ni la de las armas, ni la de las palabras que dividen».