La «caja de los políticos»: ¿por qué la E.S.E. de Santa Marta está en el ojo del huracán y qué papel tiene Rafael Noya?
En el centro de una tormenta política se encuentra la E.S.E. Alejandro Próspero Reverend, institución pública de salud que debería funcionar únicamente para la atención de los samarios, pero hoy es señalada por presuntos manejos irregulares y conexiones con la campaña del aspirante a la Gobernación del Magdalena, Rafael Noya.
Loncierto es que Alejandro Próspero Reverend, debería ser una institución dedicada exclusivamente a proteger la vida y la salud de los samarios, sin embargo, parece hoy más cercana a convertirse en un instrumento político al servicio de intereses electorales. Según múltiples denuncias internas, la entidad estaría siendo utilizada como plataforma de promoción para Rafael Noya, presunto candidato a la Gobernación del Magdalena con el respaldo tácito del alcalde Carlos Pinedo Cuello.
Funcionarios han descrito un ambiente cargado de intimidación, donde el mérito profesional parece haber sido desplazado por la lealtad política.
“Si no nos alineamos con el proyecto de Noya, nos sacan”, denunció una trabajadora. La gerencia de la E.S.E. no se ha pronunciado.
Más de 30 chats filtrados, así como declaraciones de trabajadores bajo reserva, muestran un patrón inquietante: presiones sistemáticas al personal de salud para asistir a actos políticos, manifestar respaldo público a Noya y vincularse activamente con su campaña, so pena de ver comprometida su estabilidad laboral.
Este caso reabre un debate crucial:
¿hasta qué punto la salud pública en Santa Marta ha sido cooptada por intereses personales y electorales?
La ciudadanía y los entes de control tienen ahora la responsabilidad de exigir explicaciones, antes de que el clientelismo termine por desmantelar lo poco que queda de institucionalidad.
Antecedentes de crisis institucional
Según la Alcaldía de Santa Marta, la E.S.E. se encuentra
“en coma, en unidad de cuidados intensivos”, con pasivos que superan los
“30 mil millones de pesos” y deudas que aumentarían unos 500 millones mensuales.
- El organismo regulador ya había intervenido la entidad en 2019 por “condiciones deplorables” en infraestructura y funcionamiento.
- Además, el concejal Carlos Pinedo Cuello denunció que la E.S.E. podría estar vendiendo vacunas contra la COVID‑19 al margen del cronograma nacional, lo cual sería un uso particularmente grave de bienes públicos.
En un momento donde el sistema de salud enfrenta desafíos estructurales, lo último que necesita la ciudad es que sus hospitales se conviertan en cajas menores de campaña.
La pregunta es obligada:
¿cómo se explica que una entidad pública de salud esté inmersa en maniobras proselitistas? Y peor aún,
¿por qué guarda silencio la administración distrital frente a hechos tan graves?