EL CURRICULO: CONJUNCION DE INTERESES

Reynaldo Mora Mora.

TRIBUNA PEDAGOGICA

POR: REYNALDO MORA MORA 

Desde el Currículo Contextualizado y Pertinente, CCP, la Teoría Curricular Contextualizada y Pertinente, TCCP, desde la Investigación Acción Participación Curricular, IAPC, insistimos en que, si el currículo oficial continúa reduciéndose a ser un instituto técnico-positivista, se mantendrá alejado de lo sociocultural, manteniéndose como una muestra paleontológica del instrumentalismo de los tecnócratas de la educación. Lo importante es reconsiderar este dejamiento para impulsar en su contra nuestra perspectiva crítica que pertenece al territorio de las Problemáticas Sociales, PS, para conjugar visiones en lo que denominamos el criticalismo del CCP. El camino que hemos tomado ha sido el de impulsar la sustitución del currículo oficial como esa guía estandarizante de la enseñanza. Por el contrario, nuestro horizonte curricular-formativo ofrece una forma de autoculturacion de la idealidad misional pensando la formación de buenos ciudadanos críticos y democráticos.

Este paso de autoculturacion identitario nos proporciona una vía mediada entre el contexto y la Escuela. Por ello, el llamado que hacemos para que los docentes incorporen las PS en sus enseñares como el legado sociocultural que invita a edificar desde el CCP la comprensión crítica y transformadora, para reemplazar la evaluación estandarizada del currículo oficial, que no construye, refirmamos: nuestra perspectiva es contexto que demanda autonomía para las instituciones educativas. Es la cultura de responsabilidades que fortalece las decisiones formativas, como un camino en el que los saberes son responsables del impacto transformador de los entornos, como un proyecto común, como la concepción de una identidad misional en el devenir escolar. ¿Qué es lo que hace que el CCP sea considerado un proyecto alternativo? En primer lugar, se construye a partir de actores y sujetos libres, autónomos. Desde este punto de partida tres conceptos van indisolublemente unidos en este proyecto: inteligencia sociocultural, autonomía y creación para impactar los contextos. Así pues, el rasgo esencial para caracterizar a este horizonte como proyecto alternativo es que sea autónomo, para poder enfrentar todas las claudicaciones y emperezamientos del currículo oficial, que son al mismo tiempo graves mermas de creatividad, por el contrario, nuestra perspectiva la potencia.

En segundo lugar, otro criterio adicional, al que vagamente se alude con las palabras por parte de los tecnócratas del currículo oficial, “originalidad”, “día E”, “índices de calidad” o “novedad” sirven también para que el CCP sacuda a los educadores para que desde sus saberes la creatividad sea la razón de ser de sus prácticas didácticas e investigativas. Por ello, este proyecto no es más que un proyecto común de una Institución Educativa lanzado fuera de su zona escolar para llegar al contexto, porque bajo su influjo se destienden o estiran los saberes enseñables más allá del aula, se rompe con la deriva de la rutina. Y, entonces, los aprendices de este proceso creador se propondrán dar cuenta del abordaje del contexto de manera inteligente, bella, intrigante, critica y transformadora. En el contexto con sus PS, están todas las complejidades del discurso contextualizado y pertinente de la formación integral. A través de aquellas se comprueba hasta qué punto son dialogantes los saberes enseñables con ellas. Para no engañarnos con un consenso de superficie, conviene desentrañar las contradicciones o las ambigüedades que nacen del hecho de que la Escuela con sus saberes luchen siempre contra el instrumentalismo de la estandarización del currículo oficial. Por ello, en el momento en que el CCP se dispone a renunciar a esa tendencia que promueve la desigualdad social desde la educación, tiende a aumentar los poderes directos e indirectos, si hay autonomía escolar: poder formativo de los saberes en su lucha contra espíritus adversos (por ejemplo, la estandarización de las pruebas estatales), apoyo a los contextos con sus actores, que reconoce como suyos, poder institucional en la construcción progresiva de un corpus de saberes, pensando la Formación Integral Contextualizada y Pertinente, FICP.

Frente a lo anterior, vale también el poder de cambio cuando se trata de someter a la Escuela desfalleciente, doblegándola al neoliberalismo. Por otro lado, y de manera concurrente, esta institución con su currículo se esfuerza por hacer reconocer la importancia del diálogo, no como un simple árbitro, obligado ciertamente a controlar los contenidos, en donde el currículo oficial pretende imponer las orientaciones del cognitivismo competicional que demandan los postulados del neoliberalismo. De suerte que el CCP se concibe como la guía necesaria de educadores y educandos para caracterizar y transformar las prácticas y discursos frente a las interacciones con el contexto con sus avatares. El tema principal del CCP, que hemos venido proponiendo es la conexión con el contexto y sus PS, como su dinámica, y sus consecuencias para el comprometimiento de la FICP, y sobre todo para el fortalecimiento de la enseñanza de los saberes. Hemos adoptado la definición de esta perspectiva para demostrar que bajo estos supuestos teóricos se produzca una convergencia hacia las misionalidades de las instituciones educativas con las tensiones sociales. Está claro que algo no funciona con el modelo estándar del currículo oficial, que para no está claro, que no funciona la evaluación como modelo estándar que afirma que hay una educación con “calidad eficiente” y que no hay crisis como pregonan los tecnócratas de la educación.

Ha sido la constatación de que este currículo-modelo-estándar, no interpreta, no se conecta con las PS del contexto, no vive la vida cotidiana, no propone alternativas, donde solo impera el modelo estándar de las competencias de la educación neoliberal, como lo irracional en la descontextualización de los saberes. Irónicamente, cada semestre se habla de calidad desde las pruebas estatales como la aceptación teatral para que siga funcionando la teatralización de los procesos de formación con “calidad”. Con estudiantes de pregrado y de doctorado con los que hemos trabado amistad académica a lo largo de los últimos 20 años hemos venido alzando nuestra crítica a la política de estandarización de la educación. Siempre, con ellos coincidimos en un algo capital: la educación no ha hecho más que interpretar de mil maneras la realidad social, de lo que se trata es de transformarla. Ahora, con el CCP nos toca profundizar en el estudio de las relaciones de la Escuela con el contexto, porque nos revela secretos guardados celosamente sobre su propia naturaleza y funcionamiento. Aprendemos interactuando con el contexto, porque este es un proceso activo y no simplemente un resultado pasivo del estado de alerta donde las PS reordenan la enseñanza de los saberes.

Hoy, el espíritu de estos momentos debe ser la muerte de ese instrumentalismo de la evaluación cognitivista-estandarizante. Este debe ser el resultado de una determinación deliberada: la construcción de una Nueva Cultura de la Evaluación, NCE, como la explosión causada por una bomba colocada por los educadores críticos. ¿Por qué la preocupación del Currículo Contextualizado y Pertinente en disolver la supuesta solidez del discurso hegemónico de las pruebas estandarizadas? En esta disolución-destrucción vislumbramos el germen de una Evaluación Contextualizada y Pertinente, ECP, como la búsqueda vigorosa y resuelta de pensar el contexto con sus Problemáticas Sociales. Por ello, es necesario concebirla y forjarla sólidamente para llenar el vacío que deja el currículo oficial, que está amarrado con fuerza al deseo neoliberal de convertir la Escuela en una empresa para desarraigarla del contexto. El CCP es un ámbito de especial interés porque su actuar está relacionado con la elaboración de saberes alternativos pensando la transformación del contexto.