Es tan grave el problema de la inseguridad en Barranquilla, los municipios que conforman su área metropolitana y el resto del departamento del Atlántico que resulta necesario recalcar cada día sobre este tema; es pertinente y urgente la enérgica reacción de las autoridades competentes, para contrarrestar los hechos delictivos que se han venido suscitando, poniendo en práctica las medidas que se requieran para erradicar de raíz esta ola de inseguridad que se incrementa cada día que pasa, lo cual equivale a darle la razón a la ciudadanía que diariamente padece los rigores del incremento de la criminalidad, patentizada en tantos homicidios que a diario aparecen en nuestras páginas, al que se agrega el flagelo de la extorsión.
Esta situación de inseguridad que se ha venido incrementando cada día tiene alarmada a la ciudadanía de Barranquilla, por lo que surge el lógico interrogante: ¿qué es lo que están haciendo las autoridades para brindarle protección a la ciudadanía?, en este caso deberían devolverle a los contribuyentes los dineros recaudados por concepto de la Tasa de Seguridad, teniendo en cuenta que al parecer no le están dando el uso adecuado, teniendo en cuenta los pobres resultados relacionados con este impuesto establecido precisamente para invertirlo en lo relativo a la inseguridad que se presenta y que cada día se incrementa más.
De ahí que sean permanentes los reclamos de la comunidad barranquillera, la misma que de un tiempo para acá ha visto desvanecer aquella creencia de que vivimos en una ciudad segura.
Es importante contar con planes de seguridad, que respondan a soluciones definitivas y no coyunturales como por ejemplo desplazar de una calle a otra o de un barrio a otro a los actores de la delincuencia. Es perentorio que ya se tracen planes más contundentes, que logren traer tranquilidad a la ciudadanía, no que siempre se quiera encontrar la solución con los mismos procedimientos que no han dado resultados.
La Tasa de Seguridad que sigue siendo importantísima en la lucha contra la delincuencia, es la cuota de responsabilidad que asume la comunidad para darle herramientas para combatir el hampa.
Tanto la Policía como las autoridades administrativas así lo deben entender, por aquello que no solo están en el deber constitucional de hacerlo, sino que tienen la obligación moral frente a todos los contribuyentes, que para eso pagan cumplidamente esta Tasa, definitivamente la seguridad sigue siendo un tema sensible en Barranquilla y el departamento del Atlántico.
Y no es para menos, ya que se trata de casos donde se registran altos niveles de violencia y osadía por parte de los delincuentes; los casos van desde el robo a locales comerciales o el hurto de vehículos donde sin piedad se ultima al conductor y hasta el sicariato a plena luz del día, en que los autores abandonan la escena del crimen a pie y sin prisa, incluso caminando con el arma en la mano, tal como lo hemos relatado oportunamente en nuestras páginas.
Es urgente encontrar cuáles son las causas de lo que está ocurriendo, hay que estudiar el fenómeno muy detenidamente para encontrar sus reales orígenes y así afrontarlo.
En LA LIBERTAD no nos cansaremos de insistir en que las distintas autoridades deben trabajar en perfecta armonía y coordinación.










