Con posturas algo similares, los presidentes del Senado y la Cámara, Lidió García Turbay y Julián López Tenorio, se refirieron a la iniciativa con la que el gobierno busca adelantar una Constituyente.
El primer pronunciamiento se dio por parte del presidente de la cámara alta, Lidió García Turbay, señalando que el país “atraviesa un momento que exige serenidad, responsabilidad y respeto por las reglas democráticas”.
“No es tiempo de improvisaciones ni de abrir debates que aumenten la incertidumbre y la desconfianza. La idea de convocar una Asamblea Nacional Constituyente surge justo cuando el país entra en calendario electoral y en el cierre de un gobierno, etapas que demandan estabilidad, no agitación”, anotó.
En esa línea, explicó que el Congreso de la República es el escenario legítimo y plural para debatir las reformas que el país requiere, ya que en sus comisiones y plenarias pueden tramitarse, con rigor y serenidad, los cambios que Colombia necesita.
No obstante lo anterior, dijo, el Gobierno no ha presentado ninguna propuesta seria en este escenario y ha preferido la confrontación al diálogo.
Renglón seguido, precisó que una Constituyente no puede ser fruto de la coyuntura ni de la urgencia electoral, y por el contrario requiere una concertación amplia, una visión compartida y un propósito nacional que hoy no existen.
“Forzarla desde la agitación política pondría en riesgo la estabilidad institucional, la confianza ciudadana y la seguridad jurídica”, agregó.
En su pronunciamiento, además reiteró su compromiso con la Constitución de 1991, la separación de poderes y el respeto al orden institucional.
“Este no es el momento de fracturar la República, sino de fortalecerla. Colombia necesita acuerdos serios, no aventuras políticas; diálogo, no imposiciones; confianza, no incertidumbre”, destacó.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Julián López Tenorio, quien se ha mostrado un poco más cercano a la administración Petro, aseguró que la Constitución de 1991 no debe cambiarse, sino
que debe cumplirse.
“Esa ha sido, desde que inicié mi vida pública, una convicción inquebrantable que he defendido. He dicho, y sigo creyendo, que las respuestas a los desafíos de Colombia estan en desarrollarla (Constitución de 1991), en hacer realidad sus principios de justicia, igualdad y participación”, manifestó.
A pesar de lo anterior, sí reconoció que el Gobierno Nacional ha planteado un diagnóstico que merece escucharse: la sensación de estancamiento, los bloqueos institucionales, la falta de desarrollo equitativo y la desconfianza ciudadana en las instituciones son hechos reales que no pueden ignorarse.
En ese sentido, precisó que defender la Constitución no significa cerrarse al diálogo, sino garantizar que cualquier discusión sobre su futuro se haga con respeto, con rigor y dentro de la institucionalidad.
Según el congresista de la U, está dispuesto a escuchar, debatir y analizar las motivaciones del Gobierno Nacional frente a su propuesta de Asamblea Constituyente, priorizando tres condiciones esenciales que considera, no son negociables: Que no se vulneren los derechos fundamentales conquistados, que no se rompa la estabilidad democrática ni la separación de poderes, y que el el propósito sea fortalecer, no debilitar, la confianza ciudadana en
las instituciones.
“Hoy más que nunca debemos actuar con serenidad, inteligencia y sentido de país. Los cambios que Colombia necesita deben construirse sobre la solidez del Estado Social de Derecho, no sobre su fragilidad”, concluyó López Tenorio.












