En Santa Marta, las Cajas de Compensación Familiar trazan la ruta hacia un país más equitativo y sostenible

La educación se presenta como el principal indicador de movilidad social, al evidenciar que en el 78% de los hogares afiliados, al menos un miembro ya superó el nivel educativo del jefe de hogar, frente al 46% en hogares no afiliados.
El sistema de compensación familiar es un ejemplo en sí mismo de sostenibilidad al ser una práctica que atraviesa lo ambiental, lo social y lo económico, con un criterio de redistribución y corresponsabilidad que crea valor compartido.

En el marco de sus 500 años, la ciudad de Santa Marta abrió las puertas al 35º Congreso Nacional de Cajas de Compensación Familiar, organizado por Asocajas bajo el lema “Ser sostenibles”.

Durante la primera jornada, líderes nacionales e internacionales, autoridades, académicos y representantes del sector empresarial abordaron los grandes desafíos del país en materia de sostenibilidad social, económica y ambiental.

“El Sistema de Compensación Familiar nació como una prestación social de origen laboral, no como un tributo. No somos un impuesto, sino una prestación derivada de la relación de trabajo, para distribuir riqueza: los aportes sobre salarios altos benefician a quienes menos ganan.
Es el resultado de una relación solidaria entre empleadores y trabajadores que, desde 1946, promueve equidad y bienestar en Colombia.
Por eso, mucho antes de acuñar el término de sostenibilidad, las Cajas son un ejemplo en sí mismo de una práctica que atraviesa lo ambiental, lo social y lo económico, con un criterio de redistribución y corresponsabilidad que crea valor compartido”,
explicó Adriana Guillén, presidente ejecutiva de Asocajas.

Un modelo de movilidad social

El Sistema de Compensación Familiar se consolida como uno de los principales motores de movilidad social ascendente en Colombia, al generar y sostener clase media a través de un modelo de redistribución y corresponsabilidad.

De los casi 10 millones de trabajadores afiliados, el 69,1% tiene ingresos inferiores a 1,5 salarios mínimos, lo que significa que no reciben subsidios del Estado y, a la vez, enfrentan dificultades para alcanzar las aspiraciones básicas de seguridad y bienestar.

A esto se suman 432 mil personas en condiciones de pobreza monetaria y 1,5 millones en situación de vulnerabilidad, lo que refuerza el papel de las Cajas de Compensación en impedir que estas familias retrocedan en sus condiciones de vida.

Educación, clave de la movilidad

La educación se presenta como el principal indicador de movilidad social.
Los datos muestran que en el 78% de los hogares afiliados, al menos un miembro ya superó el nivel educativo del jefe de hogar, frente al 46% en hogares no afiliados.
Este diferencial refleja el aporte de las Cajas a la movilidad intergeneracional y a la estabilidad del modelo democrático.

Otro ejemplo concreto es la cuota monetaria, un subsidio que se entrega únicamente a los hogares cuyos hijos menores están vinculados a una institución educativa.
Cada mes se giran 5 millones de cuotas monetarias, cifra equivalente a la suma de los habitantes de Medellín y Cali, de las cuales al menos el 76% llega directamente a niños, niñas y adolescentes en proceso de formación.
Este mecanismo fortalece la permanencia escolar, consolida la clase media y refuerza la movilidad social intergeneracional.

Impacto y resultados

En el último año, el Sistema entregó más de 180 mil becas educativas, desembolsó $1,9 billones en crédito social —el 82% para trabajadores con ingresos menores a dos salarios mínimos— y asignó 120 mil subsidios de vivienda por $1,8 billones.

Estos logros demuestran que la movilidad social no se mide solo en cifras de ingreso, sino en la posibilidad real de materializar aspiraciones básicas: obtener un nivel educativo superior, acceder a una vivienda propia, disfrutar de la cultura y contar con un empleo digno.

“Poner la vida en el centro”

En su discurso de inauguración, la presidente de Asocajas también hizo un llamado a poner la vida en el centro como eje de toda acción colectiva:

“Poner la vida en el centro no es una idea romántica o exclusiva de un grupo, es la decisión más inteligente, radical y urgente que podemos tomar.
Significa garantizar que cada ser vivo tenga no solo el derecho a existir, sino a hacerlo en condiciones dignas.
Esa es la verdadera sostenibilidad, y es el propósito que nos convoca en este Congreso.
Desde el Sistema de Compensación Familiar queremos invitar a todos los actores sociales, políticos y económicos a entender que la sostenibilidad no es una opción, sino una condición necesaria para construir país.”

Agenda académica y reflexiones globales

La agenda académica incluye conferencias sobre sostenibilidad cultural y política, economías regenerativas, pedagogía verde y turismo sostenible, además de espacios de análisis sobre la democracia, el rol de los organismos de control y los desafíos del proceso electoral de 2026.

Entre los invitados destacados se encuentran la historiadora y política española Cayetana Álvarez de Toledo y el antropólogo y etnobotánico canadiense Wade Davis, reconocido como uno de los pensadores más influyentes del siglo XXI, quienes aportarán reflexiones de alcance global.

La Vida en El Centro_Congreso Asocajas by David Awad