El último vuelo del estelar: despedida a Ace Frehley, el guitarrista que le dio un rostro galáctico al rock

Redacción:Geraldine de la Hoz – colaboradora

La luz se apagó en el cuadrante del rock. El pasado 16 de octubre, el universo de la música despidió a Paul Daniel Frehley, el genio mejor conocido por su alter ego en Kiss: «The Spaceman» o El Estelar. A sus 74 años, el guitarrista original de la banda, que cautivó al mundo con sus solos humeantes y su maquillaje alienígena, nos dejó, marcando el fin de una era para millones de fanáticos que lo consideraban el alma indomable del cuarteto.

Ace Frehley no solo fue un guitarrista; fue un arquitecto del hard rock. Su estilo, crudo y a la vez melódico, fue el contrapunto perfecto a la teatralidad de Kiss. Su talento para crear riffs icónicos, como el de «Shock Me», y su showmanship incluyendo la guitarra Les Paul que lanzaba humo y chispas en el escenario elevaron el espectáculo de rock a niveles estratosféricos. Frehley, con su actitud tranquila y su feeling inigualable, se convirtió en el eslabón clave que unía la potencia del heavy metal con el gancho pop.

La noticia de su fallecimiento, tras complicaciones derivadas de un accidente, ha desatado una ola de dolor y respeto en toda la comunidad musical. Colegas, admiradores y los miembros de Kiss, Gene Simmons y Paul Stanley, expresaron su devastación y destacaron el inmenso impacto que «Space Ace» tuvo en el rock.

El legado de Frehley es el de un artista genuino, un guitarrista autodidacta cuyo instinto musical fue una guía para incontables músicos que vinieron después. Bandas enteras del glam rock y el heavy metal de los 80 deben su estilo y su teatralidad a la figura del estelar.

A pesar de las idas y venidas en su relación con Kiss, marcadas por las tensiones y los retornos triunfales, la figura de Ace Frehley se mantuvo siempre como la del alma libre de la banda. Dejó una marca imborrable en la discografía del grupo con sus solos cargados de feeling y sus tracks vocales llenos de encanto desenfadado.

Hoy, mientras el telón se cierra de manera definitiva para el músico, el rock lo despide con la certeza de que su trabajo vivirá por siempre. La próxima vez que un riff poderoso resuene con la fuerza de un rayo, o que una guitarra lance un destello al cielo, será el recuerdo de Ace Frehley, «The Spaceman», en su viaje final de regreso a las estrellas. Su música es el eco inmortal de una era donde el rock era pura magia, misterio y, sobre todo, espectáculo.