Con 772 votos, el joven de 14 años se convirtió en el consejero de juventud más joven de Colombia. *Desde su municipio, Palmar de Varela, impulsa causas como la salud mental, la educación y la cultura.
Redacción Sociales
LA LIBERTAD
En una época en la que muchos jóvenes aún están descubriendo quiénes son y lo que buscan ser, Carlos Andrés Charris Fruto, con apenas 14 años, trabaja por representar la voz de una generación que sueña con un mejor país.
Este adolescente, estudiante de noveno grado de la Corporación Educativa Niño Jesús de Sabanagrande, hizo historia al convertirse en el consejero de juventud más joven de Colombia, tras obtener 772 votos en las elecciones de los Consejos Municipales de Juventud, la cifra más alta de su municipio, Palmar de Varela.
Su triunfo, logrado el pasado domingo, no solo rompió récords, sino también paradigmas sobre lo que significa ser joven y creer en la política.
“Estaba nervioso y asustado, no sabía qué iba a pasar, pero cuando supe que había ganado, con el puntaje más alto de Palmar, fue una alegría y emoción inmensa. Mis amigos me abrazaban y celebraban conmigo”, recordó durante su visita a la sala de redacción de Diario LA LIBERTAD, donde compartió los detalles de su historia.
Carlos Andrés asegura que su interés por la política y la comunidad comenzó desde hace varios años. En quinto grado fue personero estudiantil, y esa experiencia le permitió descubrir su vocación de liderazgo y servicio, marcándolo profundamente.
“Desde ahí me motivé a trabajar por los jóvenes y por todas las personas. Me gusta escuchar, entender y ayudar”, cuenta con una madurez que sorprende para su edad.
Cuando el proceso de inscripción al Consejo de Juventud se abrió, el joven líder contaba con 13 años, por lo que esperó con entusiasmo cumplir los 14, el 27 de mayo, para poder registrarse oficialmente como candidato. Pocos meses después, su esfuerzo, disciplina y cercanía con la comunidad se reflejaron en el respaldo ciudadano que lo llevó a ocupar el cargo.
“Vi la oportunidad cuando se abrieron las inscripciones y no lo pensé dos veces, estaba muy emocionado, así que apenas pude, lo hice”, detalló.
Su campaña fue cercana, transparente y auténtica; durante esta, recorrió las calles de Palmar de Varela, hablando personalmente con sus vecinos, compartiendo sus ideas y escuchando las preocupaciones de su comunidad.
“Creo que el secreto para conectar con mi comunidad fue mi carisma y la amabilidad; llegaba con una sonrisa y la gente se sentía identificada conmigo. Creo que vieron en mí a alguien que quiere hacer las cosas bien”.
Una voz para los jóvenes del Atlántico
Lejos de los discursos tradicionales, Carlos Andrés centra su gestión en tres pilares fundamentales: la salud mental, el deporte y la cultura.
El joven consejero considera que la salud mental es la base de todo proceso de bienestar, especialmente entre los adolescentes. Desde su cargo, busca crear espacios donde los jóvenes puedan expresarse, recibir orientación y encontrar apoyo para prevenir problemáticas como la depresión, el consumo de drogas y la desmotivación escolar.
“No quiero ver jóvenes deprimidos, perdidos en las drogas o sintiéndose solos. Quiero crear espacios para que se motiven, piensen diferente y encuentren apoyo”, explica con convicción.
Asimismo, promueve el deporte como una alternativa positiva frente al uso excesivo de la tecnología, y defiende el valor de la cultura como elemento identitario de su municipio.
“Nuestra cultura es muy rica. Las danzas, las tradiciones, debemos seguir impulsándolas”, afirma.
Su compromiso con el bienestar juvenil también se refleja en su participación en la iniciativa ‘Servicios Amigables para Adolescentes’, una práctica organizativa sin filiación política que acompaña a jóvenes en temas de salud, cuerpo y mente. Para él, estos espacios son esenciales para fomentar el diálogo, la confianza y la solidaridad entre adolescentes.
Aunque sus responsabilidades como consejero exigen dedicación y tiempo, él mantiene un equilibrio entre su vida pública, su formación académica y su cotidianidad como adolescente. Para lograrlo, organiza cuidadosamente sus horarios y prioriza cada una de sus actividades.
Su madre, sus abuelos, sus tíos y amigos, han sido un apoyo constante en este proceso, acompañándolo en su campaña, ayudándolo a difundir sus propuestas y motivándolo a seguir adelante. Ese respaldo familiar y comunitario ha sido, sin duda, una pieza fundamental en su crecimiento personal y político.
En medio del escepticismo que muchas veces rodea a la política, busca demostrar a través de su ejemplo que la juventud no solo es el futuro, sino la fuerza que transforma el presente.
“Muchos dicen que los consejos de juventud no sirven para nada, pero yo les diría que confíen. La juventud no solo es el futuro, también es la fuerza que transforma el presente”, expresa con seguridad.
Su sueño es seguir ascendiendo en el servicio público, por ello, aspira algún día, a ser Presidente de Colombia, pasando por distintos cargos que le permitan conocer las realidades del país desde sus bases. Su visión es la de un país seguro, en paz y con oportunidades, donde la palabra tenga más valor que la violencia.
Y es que para él, el liderazgo no consiste en mandar, sino en escuchar y servir, comprender las necesidades de la comunidad y trabajar por ellas con empatía y responsabilidad. Esa convicción lo ha llevado a ganarse el respeto de adultos y jóvenes por igual.
Finalmente, Carlos Andrés invitó a los jóvenes a que luchen por sus sueños y no se rindan jamás antes de conseguirlos.