La tensión diplomática entre Colombia y Estados Unidos escaló este fin de semana luego de que el presidente norteamericano Donald Trump acusara a su homólogo colombiano, Gustavo Petro, de ser un “líder del narcotráfico” y anunciara la suspensión de la ayuda internacional a Colombia.
La respuesta del mandatario colombiano no se hizo esperar. A través de su cuenta en X, Petro afirmó que Trump está “engañado por sus logias y asesores”, y aseguró que él ha sido uno de los principales opositores del narcotráfico en el país.
“El principal enemigo que tuvo el narcotráfico en Colombia fue, en el siglo XXI, quien le descubrió sus relaciones con el poder político de Colombia. Ese fui yo”, escribió el jefe de Estado.
En otro mensaje, Petro le recomendó a Trump “leer bien a Colombia y determinar en qué parte están los narcos y en qué parte están los demócratas”, en alusión a los vínculos históricos entre la política y el narcotráfico.
El presidente también respondió a críticas de dirigentes nacionales, entre ellos la candidata presidencial Vicky Dávila, quien afirmó que Petro “ha permitido el avance del narcotráfico en Colombia”. El mandatario replicó:
“Tratar de impulsar la paz de Colombia no es ser narcotraficante”.
“El problema es con Trump, no con los EE. UU.”
Petro aclaró que sus declaraciones no representan una postura de confrontación con Estados Unidos como nación:
“Yo respeto la historia, la cultura y los pueblos de los EE. UU. No son enemigos míos. El problema es con Trump, no con los Estados Unidos”, escribió.
En un tono más filosófico, el presidente colombiano criticó la visión del líder republicano:
“Trump no comprende cómo millones de jóvenes norteamericanos fueron a luchar en Europa por la humanidad. El concepto de lo humano, Trump, no lo entiende”.
Las declaraciones de Petro se produjeron tras una serie de mensajes y opiniones en redes de figuras públicas como Juan Carlos Botero y Juan Manuel Galán, quienes advirtieron sobre los posibles efectos diplomáticos y económicos de este enfrentamiento con Washington.
En respuesta a Galán, quien afirmó que “Colombia necesita quien la defienda”, Petro concluyó: “¿Necesitas quien la defienda o quien la arrodille?”.
La controversia marca uno de los momentos más tensos en las relaciones bilaterales entre Bogotá y Washington en los últimos años, abriendo interrogantes sobre el futuro de la cooperación internacional y el rumbo de la política exterior colombiana.