La tensión diplomática entre Estados Unidos y Colombia volvió a encenderse este domingo, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump lanzara una dura acusación contra su homólogo colombiano, Gustavo Petro, en un mensaje publicado en su red social Truth Social.
El mandatario republicano calificó al líder del Pacto Histórico como “un líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas, tanto en campos grandes como pequeños, por toda Colombia”, desatando una ola de reacciones políticas y mediáticas en ambos países.
En respuesta, Petro optó por la ironía y replicó desde su cuenta en X:
“Trump es engañado por sus asesores. Le recomiendo leer bien a Colombia y determinar en qué parte están los narcos y en qué parte están los demócratas.”
La frase del mandatario colombiano encendió aún más el debate digital, mientras funcionarios de ambos gobiernos intentan evitar que la confrontación escale a un conflicto diplomático formal.
Antecedentes de una relación tensa
Esta no es la primera vez que Trump lanza acusaciones de este tipo. Durante su administración y posteriormente en campaña, el expresidente estadounidense ha criticado con frecuencia la política antidrogas de Colombia, argumentando que el país “no hace lo suficiente para detener la producción de cocaína”.
Por su parte, Petro ha cuestionado abiertamente la “guerra contra las drogas” impulsada por Washington durante décadas, calificándola de fracaso humanitario y defendiendo un enfoque basado en la sustitución voluntaria de cultivos y la justicia social en las regiones rurales.
Un nuevo foco de tensión bilateral
La más reciente escalada verbal se produce en medio de tensiones acumuladas por declaraciones cruzadas sobre temas de seguridad, narcotráfico y medio ambiente.
Fuentes diplomáticas consultadas indicaron que la Cancillería colombiana evalúa el tono de las declaraciones y no descarta emitir un pronunciamiento formal si la situación escala.
Mientras tanto, las redes sociales se han convertido en el principal campo de batalla entre los seguidores de ambos mandatarios, que intercambian mensajes cargados de sarcasmo, ideología y polarización política.