Este domingo, el Papa León XIV proclamó santos a los venezolanos José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles durante una ceremonia en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano.
Más de 50.000 personas asistieron al acto, entre ellas miles de venezolanos que celebraron con emoción este histórico momento para su país.
Las banderas ondeaban por toda la plaza y los aplausos no se hicieron esperar cuando el Papa leyó la fórmula en latín que convirtió oficialmente a ambos beatos en santos. Con esta ceremonia, Venezuela tiene por primera vez dos figuras elevadas a los altares, reconocidas por su fe, su servicio y su amor hacia los demás.
El médico de los pobres
José Gregorio Hernández nació en 1864 en Isnotú, un pequeño pueblo del estado Trujillo. Desde joven se destacó como médico, pero sobre todo como un hombre de profunda fe y gran corazón.
Atendía a los enfermos sin cobrarles y ayudaba a los más necesitados, lo que le valió el cariño del pueblo, que lo recuerda como “el médico de los pobres”.
Murió en 1919, tras ser atropellado en Caracas. Su fama de santidad creció con los años, y en 2021 fue beatificado después de que se reconociera un milagro atribuido a él, como fue la recuperación de una niña llamada Yaxury Solórzano, que había sido herida de bala y logró sobrevivir gracias a su intercesión.
Una mujer de fe y servicio
Carmen Rendiles nació en Caracas en 1903. Desde pequeña sintió el llamado de Dios, pero por tener una discapacidad fue rechazada por algunas comunidades religiosas. Sin embargo, no se rindió y en 1965 fundó su propia congregación las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento.
Dedicó su vida a la enseñanza y al servicio. Fundó colegios para niñas de bajos recursos y promovió obras sociales en todo el país. A pesar de sufrir un accidente que la dejó con movilidad reducida, siguió trabajando hasta su muerte en 1977. Su canonización se logró gracias al reconocimiento de un milagro ocurrido en 2015, cuando una mujer se curó de manera inexplicable tras rezarle.
Durante la ceremonia, el prefecto del Dicasterio para la Causa de los Santos leyó las biografías de ambos y pidió que sus nombres fueran inscritos en el libro de los santos. Luego, el Papa pronunció las palabras de canonización, y la multitud estalló en aplausos.
Para muchos venezolanos, este fue un día de esperanza y unión, pues José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles son vistos como ejemplos de humildad, servicio y amor por los demás.