A pocas horas de la canonización del doctor José Gregorio Hernández y la Madre Carmen Rendiles, prevista para el domingo 19 de octubre en Roma, Italia, el sentimiento de los caraqueños se percibe dividido entre la devoción y el desánimo.
A pesar de que el evento representa un hito histórico para la fe católica venezolana, muchos ciudadanos aseguraron a TalCual que la dura situación económica y social del país les impide vivir este momento con el entusiasmo que desearían.
La emoción se ve afectada por la realidad cotidiana. Algunos devotos comentaron que pese al orgullo que sienten por la canonización de los dos primeros santos venezolanos, no tienen ánimos para participar en las actividades por falta de transporte, inseguridad o simplemente por el agotamiento emocional que genera la crisis.
«¿Me preguntas por los ánimos?, no hay ánimos, con la situación del país así, la gente no tiene ganas de celebrar nada», nos comentó un señor que caminaba por la Plaza La Pastora que prefirió reservar su nombre.
Este contraste entre la alegría y la frustración refleja el estado emocional de muchos venezolanos: agradecidos por el reconocimiento espiritual, pero golpeados por una realidad que les impide celebrarlo como quisieran.