*El encuentro entre estudiantes y directivos terminó en tensiones y cuestionamientos al proceso de designación del nuevo rector. Los universitarios exigieron la publicación de las hojas de vida de los aspirantes y denunciaron presuntos conflictos de intereses dentro de la administración.
Este pasado miércoles en medio de un clima de inconformidad y desconfianza, la Universidad del Atlántico vivió una fallida mesa de diálogo convocada entre representantes estudiantiles y directivos de la institución. Lo que buscaba ser un espacio de concertación terminó convirtiéndose en un escenario de reclamos, tensiones y denuncias sobre presuntas irregularidades en el proceso de elección del nuevo rector.
De acuerdo con los estudiantes, este tipo de encuentros deben surgir por iniciativa de las asambleas realizadas en cada facultad y luego ser solicitadas formalmente a la administración, por lo que calificaron la convocatoria como improvisada y carente de legitimidad. “Estas mesas se deben organizar desde las bases, no desde la administración”, señalaron algunos voceros.
El punto más crítico de la jornada se centró en la exigencia de que el comité de credenciales publique las hojas de vida de todos los candidatos a la rectoría. Según denunciaron, uno de los aspirantes no cumpliría con los requisitos exigidos y habría presentado documentación con inconsistencias sobre su experiencia académica.
La controversia también alcanzó a la actual rectora encargada, Josefa Cassiani, quien, según los estudiantes, desempeñó simultáneamente tres roles dentro del proceso como secretaria general, miembro del comité de credenciales y rectora interina, lo que consideran un claro conflicto de intereses.
El líder estudiantil Marcos Mercado, uno de los fundadores de una de las organizaciones universitarias, expresó que la molestia del alumnado es legítima y que los hechos recientes son una reacción ante la falta de transparencia institucional. “No se trata de vandalismo, sino de indignación. La comunidad está cansada de los atropellos administrativos”, manifestó.
Mercado también criticó la ausencia de varios directivos en la mesa de diálogo, entre ellos el vicerrector de investigación Miguel Caro, de quien aseguró que durante su gestión los grupos de investigación se redujeron drásticamente, pasando de 25 a 12.
En cuanto a la posibilidad de un paro estudiantil, el vocero indicó que las asambleas por facultad definirán las acciones a seguir, pero advirtió que el ambiente dentro del campus “es de profunda inconformidad”.
Por último, se refirió a las declaraciones que circulan en medios locales sobre una supuesta persecución política hacia uno de los aspirantes, el secretario de Educación del Atlántico, Wilson Quimballo. Mercado rechazó esa versión y afirmó que el control político y ciudadano es un derecho. “Quien aspira a dirigir una institución pública debe estar dispuesto a la veeduría y a rendir cuentas”, puntualizó.
Con este episodio, la Universidad del Atlántico suma un nuevo capítulo de tensión en medio de un proceso rectoral que sigue bajo la lupa de la comunidad universitaria.