Acción Solidaria en Mompox

Por: Emilio Gutiérrez Yance

A orillas del majestuoso río Magdalena, donde el sol acaricia las fachadas coloniales de Mompox, nació una historia que une corazones: una jornada en la que la solidaridad venció al hambre y la esperanza volvió a florecer.

Bajo el liderazgo de la Policía Comunitaria y con el apoyo del comerciante Juan, propietario del restaurante “Las Locuras Mías”, se organizó una entrega de alimentos que iluminó los barrios más humildes de la ciudad.

Como un río que desborda su cauce, la generosidad de policías y voluntarios inundó las calles, llevando almuerzos a setecientas personas: niños, ancianos y madres que, por un día, sintieron el sabor de la dignidad.

Cada plato entregado fue un gesto de amor. Cada sonrisa, una prueba de que la bondad aún tiene rostro.

Bajo el sol ardiente, los uniformes azules se confundían con el pueblo: hombres y mujeres de la Policía que, más allá del deber, fueron mensajeros de esperanza. Liderados por su comandante, se acercaron con respeto y empatía, demostrando que servir también es escuchar, abrazar y compartir.

Y junto a ellos, el señor Juan, un hombre de corazón amplio y mirada serena, que dejó por un momento su cocina para convertirse en benefactor. Su restaurante, “Las Locuras Mías”, se transformó en un taller de amor, donde cada porción se preparó como si fuera un regalo sagrado.

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«El compromiso de la Policía Nacional con el bienestar de la comunidad se eleva más allá de las palabras y se graba en los anales del tiempo. Estas alianzas se fortalecerán aún más, con la noble misión de llevar un rayo de esperanza a cada rincón olvidado de este departamento marcado por la historia y el sufrimiento». Expresó el teniente coronel John Edward Correal Cabezas, comandante (e) del Departamento de Policía Bolívar.

Al caer la tarde, el eco de las risas y los ojos brillantes de gratitud quedaron flotando sobre el río, como pequeñas luciérnagas que anuncian un nuevo amanecer.

Porque cuando la generosidad se comparte, Mompox no solo alimenta cuerpos: alimenta almas.