Quiero ser la voz de los barrios populares en Barranquilla: Andrea Vargas

*Durante una masiva convocatoria en el barrio Santuario, la candidata a la Cámara por el Pacto Histórico, Andrea Vargas, cuestionó la desigualdad en el Distrito y afirmó que “los pobres sostienen lo público”. Denunció que miles de familias viven con menos de 500 mil pesos y pidió romper el silencio frente a las problemáticas reales de la ciudad.

Durante una gran convocatoria popular realizada en el barrio Santuario, la candidata a la Cámara de Representantes por el Pacto Histórico, Andrea Vargas, lanzó un fuerte mensaje sobre las condiciones sociales de la capital del Atlántico y pidió a los ciudadanos respaldar su candidatura en la consulta interna que se realizará el próximo 26 de octubre.

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Vargas, marcada con el número 8 en el tarjetón, inició su discurso recordando su origen en el suroriente de Barranquilla y su paso por la Universidad del Atlántico, donde se formó como abogada. “Yo, como muchos jóvenes, hombres y mujeres, no hubiéramos tenido la oportunidad de entrar a la universidad. Porque si no fuera por los bajos costos de la Universidad del Atlántico, hoy gratuita gracias al gobierno, yo no hubiera podido pagar la Norte”, afirmó, al destacar el valor de la educación pública.

La aspirante aseguró que su compromiso político nace precisamente de esa experiencia. “Aprendí que lo público siempre se lo quieren privatizar, que le quieren recortar presupuesto y que no lo valoran. Y sin embargo, es lo público la única oportunidad de acceso a derechos que tenemos los pobres de Barranquilla”, expresó con énfasis ante decenas de asistentes.

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Vargas explicó que su liderazgo se ha construido desde el trabajo social y la organización comunitaria. “Me conocieron en las marchas defendiendo la universidad, en el barrio defendiendo los colegios y los centros de vida para el adulto mayor. Luego nos fuimos al territorio a construir liderazgo con jóvenes, a entregar regalos en diciembre, útiles escolares al inicio de año, a ayudar con los problemas del recibo de la luz o con los derechos de petición”, relató.

Durante su intervención, la candidata hizo una reflexión sobre la importancia de la participación política. “Aunque no queramos meternos en política, la política se mete con nosotros. Depende de una decisión política cuánto cuesta el pasaje de bus, el recibo de la luz o si entras o no a la universidad pública. Todo lo que afecta nuestra vida diaria pasa por una decisión política”, manifestó, al referirse al aumento de tarifas de transporte y al alto costo de la energía eléctrica en la región.

En su discurso, Vargas también cuestionó el discurso oficial que presenta a la capital del Atlántico como una ciudad sin carencias. “Barranquilla ha avanzado en infraestructura, no se puede negar, pero decir que es el mejor vividero del mundo es solo una historia bien contada. La realidad es que más de 400 mil personas viven con menos de 500 mil pesos al mes, y el 62% de los barranquilleros come una o dos veces al día. Eso no tiene por qué ser normal”, advirtió.

“Todos conocemos la realidad de los barrios populares. Hemos tenido que embolatar el desayuno o la cena para rendir la comida. Eso no debería pasar en una ciudad donde hay dinero circulando, donde se ven carros lujosos y grandes inversiones, mientras miles de familias no alcanzan ni para tres comidas al día”, expresó, generando reacciones de aprobación entre los presentes.

La candidata también se refirió a la inseguridad que afecta a los jóvenes de la ciudad. “La media de edad de las personas asesinadas en Barranquilla es de 27 años. Son jóvenes como yo, que no encuentran oportunidades de estudio ni trabajo, y terminan siendo víctimas del crimen. El problema es que no hay quien hable de eso, ni quien los defienda”, dijo.

Vargas cuestionó duramente el papel de los actuales congresistas del Atlántico, señalando que pocos se interesan por las verdaderas problemáticas de la región. “El Atlántico tiene siete representantes a la Cámara. Ganan un salario, tienen vehículos, equipos, asesores, pero ¿a cuántos de ellos los han invitado a una mesa de trabajo por los problemas de agua, energía o educación? A ninguno. Tenemos una bancada floja”, sentenció.

Finalmente, la joven abogada, de 26 años, pidió el apoyo de los asistentes para lograr su elección. “No tengo apellido de plata ni una chequera poderosa, pero tengo la voluntad y la valentía para representar al pueblo. Quiero llegar a la Cámara de Representantes para hablar de los jóvenes en riesgo, de las mujeres, de los barrios populares y de la gente que todos los días lucha por sobrevivir. No será fácil, pero será posible si nos unimos”, concluyó.