Hamás desafía el acuerdo de paz en Egipto y advierte: “Estamos listos para luchar si la guerra regresa a Gaza”

Mientras en El Cairo se afinan los últimos detalles del acuerdo de paz impulsado por Estados Unidos y mediado por Egipto y Catar, el movimiento islamista Hamás lanzó un mensaje contundente: no asistirá a la ceremonia de firma y está preparado para retomar las armas si el conflicto en Gaza vuelve a encenderse.

Hosam Badran, miembro del comité político de Hamás, confirmó desde Catar que su organización no participará en el acto protocolario previsto para los próximos días en Egipto. “No participaremos en la firma oficial”, dijo en una entrevista, dejando claro que el grupo no avalará ningún documento que, en su opinión, busque imponer condiciones inaceptables.

Las palabras de Badran llegan justo cuando las negociaciones entran en una fase decisiva. Aunque el alto al fuego acordado entre Israel y Hamás se mantiene desde el viernes, la siguiente etapa del plan de paz enfrenta obstáculos de fondo: el desarme del grupo islamista, la creación de una autoridad de transición para Gaza y la posibilidad —muy polémica— de que esta sea liderada por un equipo propuesto por Donald Trump.

“Esperamos no volver a una guerra, pero nuestro pueblo palestino utilizará todas sus capacidades para repeler cualquier agresión”, advirtió Badran, subrayando que Hamás no renunciará a su brazo armado. “Las armas de Hamás no son solo nuestras, son del pueblo palestino. Son parte de nuestra historia, de nuestro presente y de nuestro futuro”, añadió.

El dirigente también rechazó con firmeza las versiones que hablan de un posible exilio de miembros de Hamás fuera de Gaza como parte del acuerdo. “Hablar de expulsar palestinos de su tierra es absurdo. Gaza es Palestina y nadie tiene derecho a decidir quién puede o no quedarse en ella”, sentenció.

La postura del movimiento islamista deja en entredicho el optimismo inicial de los mediadores. Egipto y Catar han sido los principales interlocutores en el proceso, tratando de mantener abiertas las líneas de diálogo entre Hamás e Israel para consolidar un cese al fuego duradero. Sin embargo, las diferencias sobre el papel de Estados Unidos en la posguerra de Gaza han complicado la agenda diplomática.

El plan de paz de Trump propone tres etapas: un cese al fuego prolongado, la reconstrucción de Gaza bajo supervisión internacional y la creación de una autoridad temporal que prepare el terreno para un futuro Estado palestino. Para Hamás, estas condiciones buscan “neutralizar la resistencia” y debilitar su control sobre el enclave costero.

Badran fue tajante: “Si no conseguimos nuestro derecho a establecer un Estado palestino, no habrá estabilidad en la región. El pueblo palestino persistirá en su lucha y resistencia por todos los medios”.

Mientras tanto, en Gaza, el cese al fuego ha traído una calma frágil. Las calles siguen marcadas por los bombardeos, los hospitales trabajan con recursos limitados y miles de familias desplazadas esperan una solución real. La población vive entre la esperanza de la paz y el temor de que todo vuelva a empezar.

La negativa de Hamás a asistir a la firma del acuerdo en Egipto podría tensar aún más un escenario que ya pende de un hilo. Aunque Israel no se ha pronunciado oficialmente, fuentes diplomáticas aseguran que Tel Aviv observa con cautela los movimientos del grupo y prepara alternativas en caso de un nuevo quiebre del proceso.

Por ahora, la paz en Gaza sigue siendo un proyecto en construcción, sostenido más por la voluntad de los mediadores que por la confianza entre las partes. Y Hamás, una vez más, ha dejado claro que no piensa ceder ni su territorio ni sus armas a cambio de promesas que no garanticen, de manera tangible, el derecho a un Estado propio.