Durante más de una década, Blanca Luz Polo Montes ha destacado en el barrio El Tayrona de Santa Marta, no como una política tradicional, sino como una líder que “acompaña a las comunidades”. En una charla exclusiva con Diario La Libertad, narró su camino como impulsora de sueños, compañera de mujeres emprendedoras y protectora de los derechos humanos, incluso frente a las amenazas que ha denunciado públicamente.
Desde 2015, Polo Montes ha impulsado acciones en su vecindario enfocadas en fortalecer las economías locales: talleres para artesanas, mercados de emprendimiento, clases de liderazgo personal y orientación para la gestión de proyectos sociales. Sin afiliación política ni aspiraciones a cargos, su influencia ha crecido gracias al contacto directo, el respaldo constante y la confianza que ha generado entre los habitantes de El Tayrona y otros lugares de la ciudad.
Un hecho reciente y preocupante fue la denuncia de amenazas de muerte. En julio de 2025, tres individuos en moto llegaron a la casa de su madre en El Tayrona, dejando una advertencia: debía “alejarse de donde se estaba metiendo”, o sufriría las consecuencias. Aunque Blanca no estaba presente, su hermana recibió el mensaje y, luego, ella presentó una queja formal ante la Fiscalía y la Policía.
Pese al temor y el riesgo, asegura que no se rendirá. En sus planteamientos, Blanca ha indicado que uno de sus grandes propósitos es trabajar por los agricultores del Magdalena: optimizar las vías rurales, fomentar cadenas de producción, facilitar el acceso a mercados equitativos y robustecer la infraestructura agrícola. Su perspectiva también se basa en el acceso justo a servicios básicos, el saneamiento ambiental y la promoción del respeto a los derechos.
También ha dado prioridad a la inclusión y el respaldo a comunidades que históricamente han sido marginadas. A través de sus redes sociales y encuentros públicos, ha intentado establecer conversaciones con jóvenes, colectivos LGBTIQ+ y otros grupos, creando lazos de respeto.
En estos espacios, ha manifestado que la dignidad no debe tener excepciones y que el progreso social debe estar al alcance de todos, sin diferencias.