El Conpes del agua en Santa Marta: la costosa solución que deja sin resolver más del 80% del problema

La promesa del agua en Santa Marta: ¿solución real o parche costoso?

El Gobierno Nacional aprobó el documento Conpes 4159, presentado como la gran hoja de ruta para garantizar el abastecimiento de agua potable en Santa Marta. Sin embargo, un análisis técnico revela que este plan, pese a su millonaria inversión, solo resolvería el 17,58 % del déficit hídrico del Distrito.

El Conpes contempla una inversión inicial de 786.032 millones de pesos, destinados principalmente el estudio, diseño y construcción de dos plantas desalinizadoras: una en el sur de la ciudad y otra en el corregimiento de Taganga. La ejecución de los recursos estará a cargo exclusivamente de la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta (Essmar), lo que deja sin posibilidad alguna su liquidación o devolución al Distrito antes de 2030.

Dos plantas, una promesa de alivio en un 17%

El proyecto tiene como eje central la creación de dos infraestructuras con capacidades distintas pero complementarias:

  • Planta del Sur: será la más grande del Caribe colombiano, con una capacidad de 600 litros por segundo, equivalente a más de 51.000 metros cúbicos diarios de agua potable. Esta instalación pretende convertirse en la principal fuente de respaldo para la red de acueducto de la ciudad, especialmente durante los periodos de sequía que suelen afectar los ríos Manzanares, Piedras y Gaira.
  • Planta de Taganga: con 27 litros por segundo (2.332 m³ diarios), busca solucionar una problemática histórica de escasez en esta comunidad pesquera y turística, que ha sufrido por décadas la falta de acceso al agua potable.

Ambas plantas estarán interconectadas al sistema general de acueducto y funcionarán parcialmente con energías limpias, con el objetivo de reducir su impacto ambiental y alinearse con los compromisos del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026.

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Lo que no resuelve el Conpes

A pesar de su aparente magnitud, el Conpes deja varias dudas abiertas. Expertos han señalado que el documento solo aborda una fracción del problema estructural del agua en Santa Marta, ya que no prioriza la culminación del Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, considerado por muchos como la verdadera solución integral al desabastecimiento.

Además, el enfoque casi exclusivo en la desalinización podría encarecer los costos de operación y mantenimiento a largo plazo, en comparación con otras alternativas más sostenibles y menos dependientes de infraestructura tecnológica intensiva.

Una empresa atada hasta 2030

El hecho de que toda la ejecución de los recursos pase por la Essmar implica que esta empresa —actualmente intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos— no podrá ser liquidada ni devuelta al Distrito antes del año 2030. Esto la convierte en el eje obligado de cualquier avance en materia de agua potable, pero también en un punto crítico de vigilancia ciudadana y control fiscal.

El Conpes 4159 se presenta como una apuesta ambiciosa que promete transformar el panorama del agua en Santa Marta, pero sus alcances reales están lejos de la autosuficiencia hídrica que la ciudad necesita.

Con una inversión multimillonaria que apenas cubre una sexta parte del déficit y con una ejecución concentrada en una sola empresa, el desafío no solo será técnico, sino tambi