América Latina y el Caribe han mostrado un crecimiento sostenido en la creación de empleos durante los últimos años, pero los avances no se han traducido en mejoras en productividad ni en calidad laboral, según el último informe del Panorama Laboral Regional publicado en mayo de 2025.
Entre 2016 y 2024, la región generó cerca de 27 millones de nuevos puestos de trabajo, impulsados principalmente por los sectores de comercio, hostelería, educación y salud. Las grandes empresas lideraron la creación de empleo, aunque las pequeñas también hicieron aportes significativos. Sin embargo, más de la mitad de los nuevos empleos fueron asalariados, y muchos carecen de beneficios como pensión o seguro médico.
El informe resalta que, aunque la fuerza laboral es ahora más educada, esto no ha significado un aumento de ingresos promedio. La demanda de trabajadores calificados no ha crecido al mismo ritmo que la oferta, lo que ha reducido la prima salarial por educación.
El desempleo juvenil ha bajado desde 2016, pero sigue siendo alto: en 2024 se situó en 14 %, el doble de la tasa general, y la proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan (“ninis”) permanece en 18,3 %, superior al promedio de países de ingreso medio-alto.
En Colombia, a pesar de una economía de crecimiento bajo, el desempleo disminuyó, pero el 56 % de los empleos generados son informales; en el Caribe, la informalidad alcanza el 62 %. Además, más de 14,5 millones de personas permanecen fuera de la fuerza laboral, representando un 61,3 % del total de personas en edad de trabajar, incluyendo estudiantes, hogares e inactivos.
El informe concluye que, aunque se han creado empleos, la región enfrenta el reto de mejorar la calidad de estos, aumentar la productividad y reducir la informalidad para generar un desarrollo laboral más sostenible.