La cárcel de mujeres de Bouwer, en Córdoba, Argentina, se encuentra en el centro de un escándalo tras conocerse que una reclusa trans, Gabriela Nahir Fernández, de 34 años, está acusada de abusar sexualmente de siete compañeras de prisión y de contagiarles sífilis de manera consciente.
Fernández ingresó en un penal para hombres en octubre de 2016 y, tras ser condenada a tres años de prisión, en 2017 se autopercibió mujer. Como resultado, en diciembre de 2018 fue trasladada a la cárcel de mujeres. Sin embargo, mientras cumplía su pena, la situación se complicó gravemente dentro del penal.
Según informó el fiscal Juan Ávila Echenique, Fernández enfrentará un juicio como “probable autora penalmente responsable de abuso sexual simple reiterado en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante continuado en perjuicio de siete detenidas, calificado por el conocimiento de ser portadora de una enfermedad de transmisión sexual grave”.
En uno de los casos, Fernández actuó junto a otras dos reclusas —Ingrid Roxana Florindo, de 42 años, y Rocío Belén, de 26—, quienes también fueron imputadas como “probables coautoras penalmente responsables de los delitos de abuso sexual con acceso carnal por la introducción de objetos análogos”.
Actualmente, Fernández se encuentra recluida en el pabellón de aislamiento del penal. Según informes, había sido denunciada previamente por su expareja por “violencia de género”.
El caso ha generado polémica a nivel nacional. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, cuestionó la política de cambios de lugar de detención por género autopercibido, señalando que “se le dio ese cambio de sexo a una persona que había generado un abuso sexual afuera de la cárcel. Comete el delito del abuso, se le acepta el cambio de sexo para ir a una cárcel de mujeres y vuelve a cometer adentro de la cárcel, el mismo delito”.
Tras este episodio, el Gobierno argentino emitió una resolución que impide realizar cambios de lugar de detención posteriores a la condena, con el objetivo de prevenir que situaciones similares vuelvan a ocurrir.