
Rosa Yolanda Villavicencio Mapy calificó como un acto de “dignidad” su renuncia a la visa estadounidense, tras la decisión de Washington de retirársela al presidente Gustavo Petro.
Un nuevo capítulo en la tensión diplomática entre Colombia y Estados Unidos se abrió este lunes luego de que la canciller Rosa Yolanda Villavicencio Mapy anunciara públicamente la renuncia a su visa estadounidense, en un gesto de solidaridad con el presidente Gustavo Petro, a quien recientemente se le revocó este documento.
Villavicencio Mapy explicó su decisión a través de su cuenta de X (antes Twitter), donde la calificó como un acto de “dignidad frente a la inaceptable decisión de revocar el visado al Presidente de Colombia”. En ese mismo mensaje, advirtió: “Nuestra soberanía no se arrodilla. Colombia se respeta”.
🇨🇴 Como ministra de Relaciones Exteriores he decidido renunciar al visado estadounidense.
Es un acto de dignidad frente a la inaceptable decisión de revocar el visado al Presidente de Colombia.
Nuestra soberanía no se arrodilla. Colombia se respeta.#Soberanía #Colombia— Yolanda Villavicencio Mapy (@ryvillavicencio) September 29, 2025
El gesto de la ministra se suma al del secretario jurídico de Presidencia, Augusto Ocampo, quien también rechazó la medida de Washington bajo la consigna “dignidad sí, visa no”. Para ambos funcionarios, el retiro del documento constituye una afrenta a la soberanía nacional.
El origen de la controversia se remonta a las declaraciones de Petro en una manifestación en favor de Palestina en Nueva York, donde habría instado a soldados estadounidenses a “desobedecer órdenes e incitar a la violencia”, motivo por el cual el Departamento de Estado anunció el retiro de su visado.
El propio jefe de Estado ha minimizado la decisión, recordando que posee ciudadanía italiana y, por lo tanto, puede ingresar a territorio estadounidense con el Sistema Electrónico de Autorización de Viaje (ESTA), que no exige visa formal.
Mientras tanto, la renuncia de la canciller añade presión al escenario diplomático y reaviva el debate sobre la relación bilateral entre Bogotá y Washington, en un momento particularmente sensible para la política exterior colombiana.
Y.A.