Por Juan Colón – República Dominicana
Y creó la poesía el primer hombre:
le puso el atardecer como almohada
y un té en los ojos femeninos
recién ensayados.
Para pensar la mujer
eligió todo un fin de semana sin oficio,
consultó las raíces de los ríos,
el oro invisible del aire,
las sustancias primeras de las flores;
no pudo consultar los sueños,
porque los sueños son consecuencias de ellas.
Al amanecer del primer domingo,
de la música, del inconsciente,
o de la conciencia más clara,
la creó.
Y fue entonces el sueño,
el sonido del mar,
la luz apelmazada del silencio.
Luego vino el orden de las palabras.
Por eso no sabemos de dónde viene la poesía,
y dice con palabras
lo que las palabras no pueden musitar.
