Con fe, música, arte y solidaridad, la Arquidiócesis de Barranquilla celebró la edición número 22 de este evento, considerado la gran fiesta de la solidaridad.
Redacción Sociales
LA LIBERTAD
Este domingo, Barranquilla se vistió de fe, alegría y solidaridad gracias a la Catedratón 2025, que convirtió al Salón Jumbo del Country Club en el escenario donde la esperanza floreció de nuevo.
Como ya estaba programado, desde tempranas horas familias enteras provenientes no solo de la capital, sino también de municipios del Atlántico, se dieron cita en lo que fue descrito por muchos como la gran fiesta de la solidaridad.
El lema de esta edición, ‘Florece la esperanza’, marcó cada momento de la jornada. Con él, la Arquidiócesis quiso recordar que incluso en tiempos de incertidumbre siempre hay espacio para la unión y la construcción de un futuro mejor.
“Esta jornada expresa la comunión y la misión de una iglesia viva”
Monseñor Pablo Salas, arzobispo de Barranquilla, aseguró sentirse profundamente agradecido por la respuesta de los fieles, párrocos y parroquias que se unieron a la convocatoria.
Señaló que cada edición es una oportunidad para compartir la misión pastoral y para seguir mejorando los espacios que fortalecen la vida comunitaria.
“Está jornada expresa el deseo de los fieles de sentirse un solo cuerpo, una iglesia que es comunión, participación y misión. Pero al mismo tiempo, que es solidaria en las responsabilidades que miran a la construcción de los espacios litúrgicos necesarios”, sostuvo en diálogo con Diario LA LIBERTAD.
Gastronomía, homenajes y arte
El día inició con la solemne Eucaristía transmitida en vivo por Telecaribe, y que reunió a miles de feligreses en oración colectiva. Luego, los pasillos del Jumbo se llenaron de aromas gracias al festival gastronómico, donde platos nacionales e internacionales deleitaron a cientos de asistentes.
La música, las danzas y las expresiones culturales pusieron el toque festivo a la jornada, que tuvo homenajes, interpretaciones en vivo y un sentido reconocimiento a artistas que han marcado la historia de la región, como fue al cantante soledeño Alci Acosta.
“Muchas gracias, estoy muy contento por este homenaje; Gracias a todos por su cariño y su asistencia”, dijo el intérprete.
El colorido se multiplicó con la exposición plástica de dieciséis pintores locales, quienes plasmaron en formatos gigantes la metáfora de la flor como símbolo de la esperanza que brota.
Pero el espacio no fue solo para los adultos. Los niños disfrutaron en Catedratón Kids, un escenario pensado para ellos, cargado de juegos, arte y actividades creativas.
Entre los asistentes, el ambiente de gratitud fue evidente. Marlene Barrios, de Soledad, no ocultó su emoción, asegurando que tras participar en varias ediciones del evento, esta vez sintió algo mucho más especial.
“Tal y como dice el lema, hemos visto la esperanza florecer. Hoy vine acompañada de mi comunidad, de mi iglesia y hemos disfrutado juntos, oramos y compartimos. También me gustó mucho el homenaje a nuestro artista Alci Acosta”, dijo con una sonrisa.
Desde Galapa también hubo representación por parte de Jesús Cervantes, quien llegó con su esposa y dos hijos para no perderse la jornada.
“Nos levantamos temprano para venir, porque sabemos que la Catedratón es un evento importante. Fue un domingo diferente, lleno de paz”, expresó.
Los Reyes del Carnaval de Barranquilla 2025 también se unieron a la celebración, llenando el Salón Jumbo de color y tradición.
Con su energía desbordante y el carisma que los caracteriza, contagiaron de alegría a los asistentes, quienes no dudaron en aplaudir y bailar al ritmo de la cumbia y el congo.
Este 2025, la Catedratón cumplió veintidós años reafirmando su propósito de recaudar fondos para la construcción de templos y salones parroquiales en el Atlántico. Más de 160 parroquias participaron activamente en esta edición, junto a colegios, empresarios y cientos de voluntarios que se sumaron para hacer posible el encuentro.
La jornada, que se extendió hasta las 6:00 de la tarde, fue transmitida a través de plataformas digitales y medios locales, permitiendo que incluso quienes no pudieron asistir se unieran a la celebración desde sus hogares.
Finalmente, monseñor extendió una invitación a continuar creciendo juntos, a construir una iglesia viva, profética, que se convierta en signo de esperanza y orientación para la sociedad actual.
 
			 
		




















