El 3 de octubre se elegirá al nuevo rector de la Universidad del Atlántico en una votación marcada por la división entre los hermanos Char y la irrupción de un candidato respaldado por Gustavo Petro.
El próximo 2 de octubre, la elección del nuevo rector de la Universidad del Atlántico se perfila como una auténtica batalla de poder en la política costeña. La disputa no se limita al ámbito académico: la contienda enfrenta a la poderosa casa Char, dividida internamente, y al petrismo, que busca ganar terreno en el principal centro de educación superior del departamento.
De un lado está Álex Char, actual alcalde de Barranquilla, quien respalda la candidatura de Leyton Barrios. Del otro, su hermano Arturo Char, exsenador, que se inclina por Danilo Hernández. Esta división familiar ha puesto en evidencia que la elección de rector trasciende lo universitario y se convierte en un pulso político clave en el Atlántico.
La tensión escaló aún más cuando la esposa de Hernández, quien trabajaba como asesora en la Alcaldía de Barranquilla, fue obligada a renunciar a su cargo. El hecho dejó claro que el proceso de Uniatlántico no es ajeno al andamiaje burocrático de la ciudad.
Pero a la confrontación política se suma un creciente malestar por la falta de transparencia en el proceso electoral. Aunque a partir del lunes 29 de septiembre faltarían solo tres días para los comicios, el comité electoral apenas se reunirá ese día para definir los candidatos que se desmontaron, mientras que las hojas de vida oficiales de los aspirantes aún no han sido publicadas, lo que genera dudas sobre la legalidad y la equidad del proceso.
A esto se suma la incertidumbre sobre la logística electoral. Los estudiantes, profesores y sectores académicos se preguntan si las tarjetas oficiales estarán listas para el 2 de octubre. La confusión ha alimentado el temor de que la elección se vea empañada por improvisaciones o incluso irregularidades.
En total son 19 aspirantes los que compiten por la rectoría, pero todas las miradas se concentran en los dos candidatos respaldados por los Char y en Wilson Quimbayo, abogado que cuenta con el respaldo directo del presidente Gustavo Petro, lo que convierte la elección en un escenario de disputa entre el poder regional tradicional y el proyecto político nacional del Gobierno.
Lo que ocurra en la Universidad del Atlántico no será un simple cambio administrativo: el resultado de la elección marcará el rumbo de la institución, servirá como termómetro de la influencia del clan Char en la región y pondrá a prueba el avance del petrismo en un territorio históricamente controlado por la política tradicional.
La pregunta que queda en el aire es si el proceso cumplirá con los mínimos de transparencia y garantías o si, por el contrario, quedará en la memoria como una elección atravesada por la improvisación y las maniobras políticas.
Y.A.