La comunidad de Nueva Venecia, en la Ciénaga Grande de Santa Marta, enfrenta una nueva amenaza: una planta invasora que se ha expandido sin control, contaminando las aguas, dificultando la pesca y generando una creciente crisis alimentaria en la población.
Para los pescadores, la situación es desesperante. “Ya nos desplazó la violencia, y ahora nos desplaza la planta invasora. Necesitamos ayuda del Gobierno, porque así como vamos, esto será una hecatombe y catástrofe”, expresó uno de los líderes comunitarios.
El avance de la vegetación afecta directamente la calidad del agua, disminuye la presencia de peces y hace casi imposible continuar con las labores tradicionales de pesca, base económica y cultural del pueblo anfibio.
¿Qué piden?
Los habitantes exigen acciones urgentes de mitigación y limpieza ambiental, así como presencia institucional permanente, ya que sienten que están siendo olvidados, una vez más, por el Estado.
La situación ya está generando desesperanza y desplazamientos internos silenciosos, en un territorio que históricamente ha sido golpeado por el conflicto armado, el abandono estatal y la crisis climática.
