El general Edwin Urrego informó que la vivienda ya había sido allanada y tenía medidas judiciales, pero aún era utilizada para producir licor adulterado, pese a la emergencia que deja 11 muertos en la ciudad.
La crisis por el consumo de licor adulterado en Barranquilla sigue revelando nuevas aristas. La Policía Metropolitana confirmó que el inmueble del barrio Las Nieves, donde fueron hallados elementos para la producción ilegal de licor, ya había sido objeto de medidas judiciales como embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo.

El general Edwin Urrego, comandante de la institución, señaló en diálogo con medios radiales que el sitio había sido allanado en dos oportunidades anteriores por los mismos hechos. A pesar de ello, continuaba siendo utilizado para actividades ilícitas.
“Ese inmueble ya había sido objeto de una medida cautelar de embargo, secuestro y suspensión del poder dispositivo. Estamos verificando por qué motivo, si ese inmueble tenía ya una medida cautelar de extinción, estaba siendo utilizado o continúa siendo utilizado para realizar la misma conducta punible”, declaró el oficial.
Durante el operativo más reciente se incautaron 284 botellas de licor, en su mayoría vacías, aunque algunas contenían líquido. Además, fueron encontrados tanques con mangueras, recipientes plásticos con licor, 180 estampillas, tapas y dosificadores. Según las autoridades, el material tendría un valor superior a 35 millones de pesos.

La emergencia ya deja 11 personas muertas, cinco en cuidados intensivos y siete bajo observación médica, lo que ha despertado preocupación sobre la facilidad con la que estos lugares clandestinos operan incluso bajo medidas judiciales.
Urrego explicó que el lugar no era un comercio formal, sino una vivienda adaptada de manera irregular para fabricar y distribuir licor adulterado:
“Era un lugar informal y de habitación, pero tenía su doble uso y era totalmente irregular la distribución de ese tipo de licor”, aseguró.

La Policía también adelantó operativos en el centro de Barranquilla, especialmente en el sector de El Boliche, para rastrear la procedencia del licor adulterado. Allí realizaron inspecciones a inmuebles, tomaron muestras del producto ingerido e hicieron labores preventivas con habitantes de calle y recicladores.
El caso abre nuevamente el debate sobre la efectividad de las medidas judiciales en propiedades reincidentes y la necesidad de reforzar los controles frente a la producción de licor adulterado que ya ha cobrado varias vidas en la ciudad.
Y.A.