En medio de una ciudad que clama por inversiones urgentes en agua, vías y seguridad, la construcción de unas columnas en la IED Normal María Auxiliadora se ha convertido en el nuevo foco de indignación ciudadana. ¿La razón? 5.200 millones de pesos fueron destinados por la administración del alcalde Carlos Pinedo Cuello para unas estructuras de concreto que, a simple vista, no justifican ni una fracción de ese monto.
Expertos en construcción no se explican cómo se llegó a esa cifra. Según ellos, el costo promedio del cemento, varilla y mano de obra está lejos de alcanzar tales niveles. “A menos que el concreto esté mezclado con oro líquido, esto es un despropósito”, señala un ingeniero civil consultado.
En las comunas, el malestar crece. “¿Cómo es posible que una columna cueste lo mismo que una casa de interés social?”, se pregunta un líder comunitario de Mamatoco. Las comparaciones son inevitables: mientras barrios enteros carecen de servicios básicos, el presupuesto se evaporó entre vigas y pilotes que no resuelven necesidades urgentes.
Las imágenes de la obra ya circulan en redes sociales y han encendido el debate: ¿se trata de una inversión técnica mal planeada o de un nuevo caso de sobrecostos públicos disfrazado de infraestructura escolar?
La polémica no termina ahí. Varios concejales y veedores ciudadanos ya pidieron a los entes de control que investiguen el contrato. “Queremos saber cuánto costó realmente cada columna y cuánto se perdió en corrupción o ineficiencia”, sentenció un vocero de la Veeduría de Obras Públicas.
La comunidad espera respuestas. Lo que debía ser un símbolo de desarrollo educativo, hoy se alza como un monumento al derroche. Y mientras las columnas permanecen firmes, crece una sombra de duda sobre ellas: ¿Son de concreto… o de corrupción?