Por: Alberto Ortiz Saldarriaga
Uno de los responsables directos e instigadores del cisma que hoy fractura y afecta a ADEA y a sus afiliados es Domingo Ayala Espitia, a mi juicio, uno de los peores fiscales y presidentes que ha tenido FECODE y cuya forma de «liderazgo» y de «dirigir» fue incluso recientemente cuestionada, hasta en sus consignas y clichés, por el mismísimo presidente de la república, en consejo de ministros realizado sobre la debacle del FOMAG.
Y es que este personaje, cuyas actuaciones parecieran regirse bajo el influjo de Eris (diosa griega de la discordia) durante el desempeño del cargo de fiscal de FECODE (en su primer período) está no sólo asociado (como representante de la Federación ante el Consejo Directivo del FOMAG) con el período de peor atención en salud a los docentes (que concluyó precisamente con la exigencia de Petro de ensayar un nuevo modelo de salud) sino también con uno de los más tristemente recordados momentos de quiebre institucional y de división interna que amenazó y erosionó ante los ojos de los docentes de base la imagen de su sindicato.
Pero como quiera que pareciera que Lete, hija de Eris y diosa que personifica el olvido, también actuara sobre el recuerdo de los maestros, es importante rememorar e ilustrar este episodio olvidado de quién por la expectativa personal de llegar a ser senador del Pacto Histórico, ha guardado cómplice silencio frente a un modelo prestacional y de seguridad social y salud que quizás funcione para él y para quienes lo sostienen, pero no para los maestros de base de Colombia.
Para ilustrar un poco mejor esta parte de la historia perdida y el talante del personaje al que se hace alusión, es válido decir que en su momento Ayala Espitia, con la segunda mayor votación llegó al cargo de fiscal de FECODE desde donde enseguida promovió una mayoría que excluyera de la posibilidad de ocupar la presidencia a Carlos Rivas Segura, quien por su papel en el último gran paro histórico del magisterio había obtenido la mayor votación en el país, situación que despertaba la ruindad del «dirigente» cordobés. Como podrá también recordarse, la mayoría dirigida por el entonces Fiscal se decantó por designar como presidente a Nelson Alarcón hacia finales de 2018.
No obstante, pronto Alarcón conoció y cayó en desgracia con Ayala tras aspirar sin éxito al senado tras lo cual, cuando quiso volver a la presidencia, Ayala prevaliéndose de su cargo, emprendió en su momento y desde su mezquindad una auténtica cruzada para eliminarlo como competencia en la Federación, alegando para ello que había renunciado, pero oportunista y anti éticamente olvidando que entre noviembre de 2021 y hasta antes de junio de 2022 no le importó la cacareada renuncia para autorizar cheques junto a él.
Y son precisamente ese tipo de prácticas de persecución con tintes fascistas en los que el detentar el poder justifica el empleo de cualquier tipo de medios, por rastreros y divisionistas que sean, lo que el hoy presidente de FECODE instruye que se replique y practique en filiales de FECODE como ADEA, de cara a las próximas elecciones al senado para las que fiel a su estilo y al judasismo decidió darle una puñalada por la espalda tanto al senador Luis Carlos Avellaneda como al Pacto Histórico pues en su camaleonismo ahora aspirará por Unitarios.
No es extraño entonces que desde la propia dirección de la Federación, llamada a propiciar la unidad gremial, se instiguen por el contrario conspiraciones, persecuciones, expulsiones y divisiones, e incluso se utilicen influencias para lograr que instituciones del Estado como el Ministerio de Trabajo se “equivoquen” con tal de posicionar a amigos del mismo talante de Ayala, como el empresario de transporte y finquero que retoma la dirección de ADEA, coincidencialmente, siempre en momentos en los que está al orden del día la contratación de prestadores de salud para el magisterio.
Pero como los mismos delegados,, que se dejan instrumentalizar para hacer parte de los modernos Tribunales de la Inquisición que desfiguran la idea del sindicalismo, también parecieran haber bebido de las aguas del mitológico río Lete (río del olvido), hay que llamarlos a recordar las razones por las que en diciembre de 2024 abrumadoramente le hundieron el proyecto de presupuesto 2025 al discípulo aventajado de Ayala, por pretender incorporar un descuento extraordinario sindical indefinido del 1% para la construcción de la nueva sede sindical de ADEA por una “bobadita” de cerca de 15 mil millones de pesos mal calculados (3,8 millones de dólares)
En dicha Asamblea, la cual está grabada, quien escribe cometió el pecado o error de sentar posición y solicitar que la propuesta que se socializó no tuviera el carácter de única, muy a pesar de que en su presentación el arquitecto cordobés invitado señalara entre su palmarés la construcción de ADEMACOR (de donde proviene Ayala); el proyecto de construir la nueva sede de FECODE (donde preside Ayala) y la sede de ADEA (donde se tomó el poder uno de los pupilos de Ayala).