En una carta enviada al ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, y al procurador general, Gregorio Eljach, se expusieron serias irregularidades que enfrenta el centro penitenciario El Pesebre, ubicado en Puerto Triunfo, Magdalena Medio. Las quejas, presentadas principalmente por familiares de los reclusos, hacen referencia a deficiencias en las condiciones de vida dentro del penal.
Según el informe, en la cárcel —donde se encuentran actualmente 1.414 personas privadas de la libertad— persisten problemas de hacinamiento, fallas en la alimentación, deficiencias en servicios básicos y una atención médica insuficiente.
El aspecto más crítico tiene que ver con la salud: se confirmaron 91 casos de tuberculosis, lo que representa un grave riesgo de contagio entre los internos debido a la naturaleza de la enfermedad y al limitado espacio de reclusión.
La veeduría que inspeccionó el establecimiento también alertó sobre la mala calidad de los alimentos, la falta de agua potable, los cortes constantes en el servicio de energía y la demora en la atención sanitaria. Estas condiciones, aseguraron, deterioran notablemente la calidad de vida en el penal.
Aunque el informe reconoció algunos avances frente a visitas anteriores, los internos denunciaron presuntos maltratos por parte de funcionarios del Inpec, quienes, según su testimonio, habrían destruido pertenencias personales como artículos de aseo y ropa.
