Este domingo, Brasil vivió una de las jornadas de protesta más significativas de los últimos años, con manifestaciones en al menos diez de sus principales ciudades. Miles de ciudadanos rechazaron la llamada “PEC de blindaje”, un proyecto que busca ampliar los privilegios de los congresistas frente a la Justicia, así como la posibilidad de conceder una amnistía al expresidente Jair Bolsonaro, recientemente condenado por intento de golpe de Estado.
En ciudades como São Paulo, Río de Janeiro, Salvador y Brasilia, los manifestantes hicieron sonar su descontento con pancartas, consignas y hasta muñecos inflables en los que Bolsonaro aparecía con las manos ensangrentadas. En Salvador, la cantante Daniela Mercury encabezó la marcha, afirmando que la propuesta representa “una PEC de impunidad” que no puede ser aceptada.
En la capital del país, la multitud recorrió la Explanada de los Ministerios hasta llegar al Congreso Nacional, epicentro de la discusión legislativa. Allí se hizo especial énfasis en rechazar la amnistía a los responsables de los disturbios del 8 de enero, cuando fue asaltada la Plaza de los Tres Poderes.
La iniciativa fue aprobada recientemente en la Cámara de Diputados gracias al apoyo del Centrao, el Partido Liberal y algunos legisladores del Partido de los Trabajadores. Ahora será el Senado el que decida si convierte la polémica medida en ley.
Mientras tanto, el futuro de Bolsonaro sigue marcado por la condena de 27 años y tres meses que le impuso el Supremo Tribunal Federal y por su delicado estado de salud, luego de que se le diagnosticara cáncer de piel tras una hospitalización por problemas respiratorios.
