Durante días, Juan Carlos Uribe rogó ayuda para encontrar a su hermano Jorge Hernando Uribe, desaparecido en Cali. Lloró frente a cámaras, publicó mensajes de amor y prometió no descansar hasta hallarlo. “Te amo, hermano, siempre contarás conmigo”, decía en redes sociales. Lo decía con fuerza… o al menos, eso parecía.
Diecisiete días después, el cuerpo de Jorge Hernando fue hallado sin vida y calcinado en una zona rural del corregimiento de Navarro. Y ahora, en un giro estremecedor, las autoridades señalan a su propio hermano, Juan Carlos, como el presunto autor intelectual del crimen. El motivo: una disputa por herencia.
La noticia ha estremecido a quienes conocían a los hermanos, conocidos por compartir negocios familiares y una historia de vida aparentemente cercana. Pero detrás del abrazo público, la Fiscalía ahora investiga una traición brutal, planeada con frialdad.
“No lo puedo creer. Mi papá amaba a su hermano, daba la vida por él. Ahora me dicen que fue él quien planeó todo… incluso fue a su despedida, leyó unas palabras y lloró”, dijo entre lágrimas la hija de Jorge Hernando, quien asegura sentirse engañada y destrozada.
Las pruebas que comprometen a Juan Carlos incluyen interceptaciones, testimonios y movimientos sospechosos durante los días previos y posteriores a la desaparición. La Fiscalía ha solicitado medida de aseguramiento mientras se formaliza la acusación por homicidio agravado.
El caso, que comenzó como una búsqueda desesperada y terminó en tragedia, ahora deja al país perplejo ante una historia de amor fraternal que habría sido solo una fachada para encubrir la ambición.