Crónica de un asesinato en escalera: lo mataron mientras pintaba su casa

Antonio Oliveira do Nascimento Júnior, conocido por todos como “Mosquito”, subió la escalera con brocha en mano. Pintaba la fachada de su casa en una calle tranquila de Pará, Brasil, como si intentara darle una nueva cara a su historia. Eran las 10:00 de la mañana del lunes 15 de septiembre. El sol pegaba fuerte y el silencio del vecindario apenas era interrumpido por el chirrido de los pinceles y algún perro ladrando a lo lejos.

Pero la calma duró poco.

Una motocicleta negra se detuvo a pocos metros. Dos hombres, rostros cubiertos, mirada fija. El parrillero bajó, caminó sin apuro y sin decir una sola palabra. Mosquito apenas tuvo tiempo de girar la cabeza. No hubo robo. No hubo gritos. Solo disparos.

El primer impacto lo derribó de la escalera. Ya en el suelo, el sicario se acercó y remató con al menos tres balazos más. Todo duró menos de 20 segundos. Los asesinos subieron nuevamente a la moto y desaparecieron entre las calles de Capanema.

Las cámaras de seguridad del sector captaron cada movimiento. Los videos ya están en manos de las autoridades, que abrieron una investigación formal. La principal hipótesis: un ajuste de cuentas.

Mosquito, de 41 años, tenía antecedentes. Había sido capturado en tres ocasiones —2020, 2021 y 2024— por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Pero nada justificaba ese final brutal, a plena luz del día, mientras intentaba pintar su casa como quien borra el pasado a brochazos.

Ahora, el color de la fachada quedó incompleto. Y en la acera, solo queda el eco de los disparos y una escena que duele: la sangre en los escalones donde un hombre fue asesinado por su historia.