Por Álvaro Cotes Córdoba
Comparar la gestión de uno de los mejores ex congresistas que tuvo el Magdalena como fue Michael Cotes Mejía, con lo que no viene haciendo Carlos Pinedo, solo usando su eslogan original, “Obras y no Promesas”, es el descaro más cínico que se ha podido conocer de la actual administración. ¿Y es que acaso ni para inventarse un nuevo y original eslogan ha servido?
Le recuerdo que a Micael Cotes Mejía le gustaba realizar obras deportivas y no solo en Santa Marta y Ciénaga. Y en un año y nueve meses, es decir, casi por la mitad de su cuestionado mandato, Pinedo no ha puesto ni la primera piedra de una cancha de microfútbol.
La única obra que se destaca es hasta el momento el gran puente peatonal de casi mil millones de pesos colocado en un barrio de Gaira. Obras como pavimentar calles, colocar puentes peatonales, en los gobiernos del movimiento político Fuerza Ciudadana, se llamaban “Obras Menores”, porque esos gobiernos también realizaban obras mayores, de mayor impacto.
Pero Pinedo parece haber comenzado con obras pichiguas que procura engrandecer, promocionándola con el eslogan de un grande cuya frase nadie ha olvidado ni olvidará nunca. Yo en cambio le he ideado un eslogan real: “Más pichiguas y más carreta”.