Un repentino vendaval alteró el ambiente festivo en el municipio de San Ángel, Magdalena, cuando decenas de personas se encontraban reunidas en las tradicionales corralejas. Lo que era un encuentro de música, baile y toros terminó convertido en una escena de desorden y miedo.
La fuerza de los vientos ocasionó desprendimientos de láminas y maderas de la estructura instalada para el evento, generando destrozos y obligando a los asistentes a evacuar rápidamente el lugar. Los hechos quedaron grabados en teléfonos móviles y se viralizaron en redes sociales, mostrando el instante en que varios elementos salieron volando por los aires.
Aunque no hubo heridos, la emergencia reabrió el debate sobre la seguridad de estos escenarios improvisados. Autoridades locales recalcaron la necesidad de establecer controles más estrictos en celebraciones multitudinarias, con el fin de prevenir tragedias.
La situación se da en medio de la transición legal que vive el país frente a este tipo de espectáculos, ya que la ley “No más olé” prohíbe, a partir de 2027, las corralejas, corridas de toros, peleas de gallos y otras prácticas consideradas de maltrato animal.
