En cabeza de la gerente de ciudad Ana María Aljure
A través de la campaña Barranquilla Limpia y Linda, se ha logrado impactar más de 1.800 personas e intervenir más de 2.100 metros cuadrados.
La Alcaldía de Barranquilla continúa avanzando en la recuperación de espacios urbanos deteriorados. La gerente de Ciudad, Ana María Aljure, anunció la transformación del punto crítico número 51, ubicado entre los barrios Loma Fresca, Lucero y San Isidro, como parte del programa “Barranquilla Limpia y Linda”.
“Con nuestra gente logramos recuperar un nuevo punto crítico que antes era foco de inseguridad y contaminación. Hoy es un lugar limpio, seguro y digno para más de 1.800 personas”, afirmó Aljure.
La intervención abarcó más de 2.100 metros cuadrados, y se estima que contribuirá con una reducción anual de 1.926 toneladas de CO₂, marcando un impacto ambiental y social significativo para la zona.
Una transformación construida paso a paso con la comunidad
Este logro no fue producto del azar, sino del trabajo articulado entre autoridades y comunidad, a través de un modelo de intervención integral que garantiza resultados sostenibles.
El proceso comienza con un acercamiento a los vecinos para identificar las problemáticas del sector —como la acumulación de basuras, inseguridad y abandono— y establecer un diagnóstico conjunto. A partir de allí, se promueven actividades que incentivan la apropiación del espacio por parte de los residentes, fomentando su participación activa y sentido de pertenencia.
Uno de los pilares de esta estrategia es la conformación de frentes de seguridad comunitarios, donde los propios vecinos se organizan para cuidar el área intervenida y prevenir que vuelva a caer en el deterioro.
A la par, diferentes entidades del Distrito —incluyendo la Alcaldía, la Policía y organismos técnicos— suman esfuerzos para desarrollar un plan de acción coordinado. Esto incluye una evaluación técnica del lugar, donde expertos definen las obras necesarias para la recuperación.
Posteriormente, se realiza una intervención intensiva que abarca limpieza, embellecimiento y adecuación del espacio. Todo esto se lleva a cabo con el apoyo directo de la comunidad, lo que garantiza un mayor compromiso con el mantenimiento a largo plazo.
Finalmente, se establece un sistema de seguimiento y acompañamiento permanente, con el objetivo de asegurar que las mejoras perduren en el tiempo y que el lugar siga siendo un espacio funcional y seguro para los ciudadanos.