RELACION DE CURRICULO Y EVALUACION

 

POR: ORLANDO NAVARRO BALLESTEROS

 

El texto de “Currículo y Evaluación” de Reynaldo Mora Mora, después de leerlo en su Columna Semanal, “Tribuna Pedagógica”, publicada en el diario “La Libertad” quedé con muchas reflexiones en torno a cómo está funcionando realmente el sistema educativo colombiano. Comparto su visión crítica frente a un currículo oficial que, lejos de responder a las realidades sociales, se ha convertido en un mecanismo estandarizado, diseñado más para cumplir con tecnicismos que para formar seres humanos integrales. Hoy, en las aulas, lo que más pesa son las pruebas estandarizadas y los indicadores de calidad, que al final terminan siendo un espectáculo donde se premian unos pocos y se excluye a la mayoría, sobre todo a los jóvenes de estratos populares que tienen menos oportunidades de ingresar a la educación superior.

Este énfasis en la medición y la competencia le ha quitado a la escuela su verdadero propósito: formar ciudadanos críticos, democráticos y con sentido de pertenencia en su contexto. Me parece importante que no se limite a criticar, sino que proponga una alternativa: el Currículo Contextualizado y Pertinente (CCP) y la Formación Integral Contextualizada y Pertinente (FICP). Estas propuestas me parecen valiosas porque ponen en el centro al estudiante y su realidad. Como lo menciona, no es lo mismo enseñar en la región Caribe que en el Pacífico o en el centro del país. Cada comunidad tiene sus problemáticas, su cultura y su manera de comprender el mundo, y por eso un currículo homogenizado no puede responder a todas las necesidades. En cambio, un currículo contextualizado abre la puerta a que los saberes se relacionen directamente con las problemáticas sociales, lo que hace que el aprendizaje tenga sentido y utilidad para la vida cotidiana.

Además, coincido con en que la evaluación es uno de los aspectos más críticos de nuestro sistema. Las pruebas de Estado, que supuestamente miden la calidad educativa, terminan generando frustración, desigualdad y exclusión. Son los estudiantes de menores recursos quienes más sufren estas consecuencias, porque muchas veces no alcanzan los puntajes necesarios o simplemente no cuentan con las condiciones adecuadas para prepararse. Esto reproduce un círculo vicioso de desigualdad social. Frente a esto, la Nueva Cultura de la Evaluación Contextualizada y Pertinente que propone se convierte en una oportunidad de darle un rostro más humano a la evaluación, permitiendo que el proceso de aprendizaje se mida de acuerdo con el contexto y con las capacidades reales de cada estudiante. Como estudiante universitario y como futuro educador, este texto me confronta y me hace preguntarme: ¿qué puedo hacer yo en medio de un sistema tan marcado por la estandarización?

Creo que, aunque no puedo cambiar todo el modelo educativo de un día para otro, sí puedo comenzar desde mi propia práctica. Por ejemplo, al diseñar mis clases, puedo procurar que los contenidos dialoguen con la realidad de mis estudiantes, que lean su contexto, que hagan proyectos que respondan a las problemáticas de su comunidad y que se reconozcan en el aprendizaje como sujetos con talentos, emociones y sueños. Pienso que la educación debe ser ante todo un espacio de vida, no un campo de competencia. En conclusión, mi opinión sobre el texto es que se trata de una lectura necesaria y muy vigente. La educación en Colombia necesita una transformación profunda, que pase de la obsesión por las pruebas a la construcción de un currículo vivo, humano y contextualizado.

Me quedo con la idea de que la escuela no puede seguir siendo una empresa de competencias, sino que debe convertirse en un lugar donde se formen verdaderos ciudadanos críticos y democráticos. Como futuro docente, estoy comprometido con esta visión, porque estoy convencido de que una educación más humana y contextualizada es la base para construir un país más justo y equitativo. Este texto hace parte de los Talleres de Lectura y Escritura en Procesos Curriculares que se desarrollan con estudiantes de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad del Atlántico (II-2025).