El juego y la interacción, claves para aprender a leer y escribir desde la infancia

En el Día Internacional de la Alfabetización, expertos recuerdan que las bases de la lectura y la escritura no se construyen con planas y memorización, sino en los primeros años de vida a través del juego, la creatividad y el vínculo con los adultos.

Redacción Sociales
LA LIBERTAD

La alfabetización no empieza cuando un niño toma un cuaderno en la escuela, sino mucho antes, en los años iniciales de su vida. Así lo señalaron expertos de la organización aeioTU, líderes en educación inicial en Colombia, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Alfabetización, que se celebra este lunes 8 de septiembre.

De acuerdo con los profesionales, es un error pensar que la alfabetización consiste únicamente en aprender letras y números de forma mecánica. La verdadera construcción del lenguaje comienza cuando los niños inventan historias a partir de imágenes, moldean figuras con plastilina, dibujan personajes o acuerdan reglas en un juego con sus amigos.

Para Victoria Arciniegas, “la alfabetización inicial debe superar los viejos modelos que buscan enseñar a leer y escribir desde los tres años con planas y memorización. Este proceso comienza mucho antes, en la creatividad y la interacción diaria, donde se forman el lenguaje, el pensamiento crítico y la imaginación”.

¿Grandes desafíos?

Pese a la evidencia, los avances en educación inicial todavía enfrentan obstáculos; según datos de Unicef, en América Latina y el Caribe 3,6 millones de niñas y niños entre 3 y 4 años no tienen un desarrollo temprano adecuado.
La situación se agrava con la baja cobertura de educación inicial. De acuerdo con la Unesco, apenas el 52% de los pequeños entre 3 y 5 años accede a servicios de calidad.
En Colombia, la cifra es aún más baja. Solo el 45% accede a educación inicial, lo que significa que uno de cada dos niños queda por fuera.; a esto se suman profundas desigualdades entre las zonas urbanas y rurales.

El impacto se hace aún más evidente al conocerse que a nivel mundial, más de 250 millones de niñas y niños carecen de competencias básicas de lectoescritura.

¿Qué es una alfabetización adecuada?

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Los expertos señalan que prácticas comunes como repetir planas de letras, memorizar el abecedario sin contexto o someter a los pequeños a ejercicios académicos prematuros no son efectivas. En su lugar, se proponen metodologías que fomenten la exploración, la imaginación y el aprendizaje significativo.

Algunas actividades recomendadas incluyen:
• Inventar historias a partir de imágenes: esto permite estimular la creatividad y la capacidad de narrar.
• Modelar con plastilina o construir con bloques: ayuda a favorecer la motricidad fina y el pensamiento lógico.
• Dibujar y colorear: permite relacionar imágenes con palabras y desarrollar la expresión simbólica.
• Cantar y jugar con rimas: de esta manera es posible reforzar la memoria auditiva y la conciencia fonológica, esencial para la lectura.
• Conversar con los niños: escuchar y responder a sus preguntas enriquece su vocabulario y confianza comunicativa.

El rol de las familias y cuidadores

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Si bien la escuela es un escenario importante, el hogar es el primer espacio de aprendizaje. Diversas investigaciones muestran que los niños a quienes se les leen cuentos con frecuencia tienen mejores resultados en comprensión lectora y comunicación.

“El llamado es a que, como familias y personas cuidadoras, reconozcamos la importancia de un desarrollo integral en los primeros años de vida de nuestras niñas y niños, tanto para el aprendizaje de leer y escribir como para la adopción de todas las competencias necesarias para la vida”, subrayó Arciniegas.
Conmemorar el Día Internacional de la Alfabetización es, en última instancia, un recordatorio de que el derecho a aprender a leer y escribir comienza en la primera infancia. Apostarle al juego y a las interacciones de calidad no solo fortalece el aprendizaje académico, sino que prepara a los niños para enfrentar un mundo cada vez más complejo, con herramientas como la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico.
Garantizar que cada niño tenga acceso a una educación inicial de calidad y a entornos familiares que estimulen la exploración es una responsabilidad compartida entre el Estado, la sociedad y las familias. Porque, como insisten los expertos, la alfabetización no es solo un proceso escolar, sino la llave que abre las puertas de la imaginación, la ciudadanía y la igualdad de oportunidades.