Ocurrió en la vereda Siloé, municipio de Villagarzón (Putumayo), durante una operación de la Brigada de Selva 27 y el Batallón de Infantería 25 contra un complejo ilegal de procesamiento de coca.
Un oficial y un soldado profesional fueron rociados con gasolina por la comunidad que buscaba impedir la destrucción del laboratorio de procesamiento de pasta base de coca.
Ambos fueron trasladados a un hospital en Florencia (Caquetá) y se encuentran fuera de peligro.
El Ministerio de Defensa responsabilizó del ataque a los Comandos de la Frontera y ofreció una recompensa de 200 millones de pesos para dar con los responsables.
Van 30 asonadas en ocho meses. La más reciente ocurrió hace una semana en el municipio de El Retorno (Guaviare) donde 33 soldados fueron retenidos por la comunidad tras una operación militar que dejó a un civil muerto.