La constructora paisa Conconcreto, adquirida por el grupo francés Vinci, se encargará de levantar el megapuente de tres pisos en la intersección de la calle 13 con la avenida Las Américas, dentro de un proyecto vial de $2,6 billones que promete transformar la movilidad en Bogotá.
La constructora Conconcreto, fundada hace más de seis décadas en Medellín por los hermanos Darío y Jota Mario Aristizábal, será la encargada de liderar una de las obras de infraestructura más ambiciosas de la capital: el megapuente de tres pisos en la intersección de la calle 13 con la avenida Las Américas. La empresa, que desde 2015 inició su integración al grupo francés Vinci, asume este reto en medio de un proceso de transformación que la ha llevado de ser una compañía familiar a una multinacional con respaldo internacional.
Bajo la presidencia de Juan Luis Aristizábal, hijo de Darío, Conconcreto apostó por abrirse a nuevos modelos de financiación para superar momentos de crisis y posicionarse como un actor clave en la infraestructura colombiana. Esa visión empresarial le ha permitido hoy hacerse con el control del tramo inicial de la nueva calle 13, cuyo valor supera los $506.219 millones, incluyendo la interventoría que estará a cargo del Consorcio Intersección 13 CR, conformado por CAL y Mayor Colombia S.A.S. (50%) y RJ&P Ingeniería S.A.S. (50%).
El Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) confirmó que el nuevo intercambiador de tres niveles se convertirá en un punto estratégico para la movilidad en Bogotá. Según explicó el director de la entidad, Diego Molano Pérez, el diseño contempla un primer piso con tres carriles para automóviles particulares, un segundo nivel con una glorieta exclusiva de dos carriles para Transmilenio, y un tercer nivel compuesto por dos puentes de 500 metros cada uno que facilitarán el tránsito mixto entre oriente y occidente a través de la Avenida Las Américas.
Este proyecto no solo implica innovación en diseño vial, sino también la transformación del paisaje urbano, pues será necesaria la implosión de los dos puentes vehiculares que durante más de 40 años conectaron a Bogotá en la intersección de la carrera 50 con la avenida Las Américas y la carrera 50 con la calle 13 en la localidad de Puente Aranda.
La nueva calle 13 representa una inversión total de $2,6 billones, de los cuales el Gobierno Nacional aporta el 70% y la Alcaldía de Bogotá el 30%. En sus 11,4 kilómetros, desde la carrera 50 hasta el río Bogotá, contará con 10 carriles: 8 mixtos (4 por sentido) y 2 exclusivos para Transmilenio. Además, tendrá 14 estaciones y un patio taller para 124 buses biarticulados eléctricos, reforzando el compromiso de la ciudad con una movilidad más limpia.
Las estaciones estarán ubicadas en puntos estratégicos: carrera 55, carreras 65, 68, 69F, 72, 80, 86, 96B, 97, 104, 111A, 116, 123B y una estación cabecera que funcionará como portal. El diseño contempla dos conexiones operacionales: una con la avenida Las Américas y otra con la avenida 68. Según estimaciones oficiales, la capacidad de transporte del corredor alcanzará los 14.862 pasajeros por hora en cada sentido, lo que se traducirá en un impacto directo para más de 600 mil habitantes de las localidades de Fontibón, Puente Aranda y Kennedy, así como de los municipios vecinos de Mosquera, Funza y Madrid.
El anuncio de la construcción del megapuente de tres pisos ha sido recibido con expectativa, pues la calle 13 es uno de los corredores de mayor importancia para la economía de Bogotá. Por allí circula un alto porcentaje de la carga que entra y sale de la ciudad hacia el occidente, y su transformación busca resolver décadas de congestión y precariedad en infraestructura.
Conconcreto, que comenzó como un emprendimiento paisa y hoy se consolida como una filial del grupo Vinci, ve en este contrato no solo un desafío técnico, sino también una oportunidad de proyectarse en el desarrollo urbano del país. El reto será garantizar que las obras avancen en los tiempos previstos, evitando retrasos y sobrecostos que han marcado otros proyectos en la capital.
De concretarse con éxito, la nueva calle 13 y su intercambiador de tres niveles podrían convertirse en un referente de ingeniería en América Latina y un ejemplo de cómo la colaboración entre capital nacional y extranjero puede materializar infraestructuras estratégicas para la ciudad.
Y.A.