¿Cómo tener una cirugía plástica segura?

* En Colombia crecen las alertas por cirugías plásticas realizadas en sitios no certificados. Expertos recuerdan que la seguridad depende de elegir profesionales acreditados y clínicas habilitadas, más allá de precios bajos o popularidad en redes sociales.

Redacción Sociales

LA LIBERTAD

En Colombia, cada semana se conocen nuevos casos de personas que pierden la vida tras someterse a procedimientos estéticos en manos de falsos especialistas o en lugares que no cuentan con las condiciones mínimas de seguridad.

El atractivo de los precios bajos, sumado a la presión social por cumplir con determinados estándares de belleza, ha llevado a que la práctica de la cirugía plástica se convierta en un terreno fértil para la informalidad, con consecuencias fatales.

Frente a esta problemática, la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva hace un llamado urgente a los pacientes para que prioricen su vida por encima del costo. En entrevista con este medio, su presidenta nacional, la doctora Damaris Romero, explicó las claves para garantizar una cirugía segura y las señales de alerta que todo paciente debe identificar antes de ingresar a un quirófano.

El primer paso, asegura Romero, es confirmar que el médico sea realmente un cirujano plástico acreditado. Para ello existen dos registros confiables; el primero es el ReTHUS (Registro Único Nacional del Talento Humano en Salud), disponible en línea, y la página oficial de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, donde aparece el listado de especialistas miembros de la agremiación.

“El paciente debe tener la certeza de que su médico está certificado y habilitado para ejercer. No basta con confiar en títulos que se muestran en redes sociales o paredes”, advirtió.

Clínicas habilitadas vs. consultorios improvisados

Otro aspecto fundamental es la elección del lugar donde se realizará el procedimiento. Según la experta, toda clínica habilitada debe cumplir exigentes normativas de infraestructura, esterilización y dotación de equipos.

“Desde los pisos y paredes de una sala de cirugía hasta los protocolos de asepsia, todo está regulado por el Ministerio de Salud. Una casa o un apartamento nunca serán espacios adecuados para realizar intervenciones quirúrgicas”, señaló.

Para verificarlo, los pacientes pueden consultar el Registro de Entidades Prestadoras de Salud (REPS), que detalla qué clínicas están autorizadas y cuáles son los servicios que ofrecen.

Romero insiste en que cada paciente es distinto y que los exámenes preoperatorios son indispensables. Estos estudios varían según la edad, la historia clínica y el tipo de procedimiento. Sin embargo, recalca que ningún examen puede predecir totalmente las complicaciones inherentes a la cirugía.

“La consulta médica debe ser completa y sincera. El paciente tiene que contar todos sus antecedentes, alergias, cirugías previas y enfermedades. No se puede ocultar información, porque de ello depende la seguridad del procedimiento”, explicó. Tras esta valoración, el cirujano determina los exámenes específicos y el anestesiólogo define el tipo de anestesia que se aplicará.

El mito de la cirugía sin riesgos

Uno de los puntos que más preocupa a la presidenta de la Sociedad es la idea, equivocada, de que existen procedimientos “seguros al 100%”. “No hay cirugía sin riesgo. Incluso la más sencilla puede tener complicaciones. Por eso existe el consentimiento informado, donde el paciente debe conocer y aceptar los riesgos antes de operarse”, aclaró.

IMG 20250902 WA0015

La influencia de las redes sociales en las decisiones médicas es otro factor que despierta zozobra en los expertos, debido a que cada vez es más común que los pacientes elijan cirujanos basados en el número de seguidores o en la estética de sus publicaciones, sin indagar en su formación o certificaciones.

Este fenómeno, alimentado por la inmediatez digital, ha llevado a que muchos caigan en manos de esteticistas o médicos sin especialización en cirugía plástica. La doctora Romero insistió en que la popularidad en plataformas digitales nunca puede reemplazar la acreditación académica y profesional.

Con respecto a las personas que buscan cirugías a bajo costo, la advertencia es contundente. “Lo barato sale caro. Y en este caso puede salir muy caro: la vida. Es vital asegurarse de que el médico sea certificado y que la clínica esté habilitada, porque ningún ahorro justifica el riesgo de perder la vida”.

Turismo médico y el prestigio colombiano

A pesar de los problemas derivados de la informalidad, Colombia sigue destacándose en el ámbito internacional como un destino de turismo médico. Según Romero, el país ocupa actualmente el tercer lugar en el mundo en recepción de pacientes extranjeros que buscan procedimientos estéticos.

La liposucción, el aumento mamario y la blefaroplastia son los más demandados. Medellín, Bogotá y Cali lideran el sector, pero ciudades como Barranquilla comienzan a ganar protagonismo por la llegada creciente de pacientes nacionales e internacionales.

Finalmente, la doctora Romero enfatiza en que la seguridad depende de tres factores inseparables: un médico certificado, una clínica habilitada y una relación médico-paciente basada en la confianza y la transparencia. Solo bajo esas condiciones es posible hablar de una cirugía responsable.

En un país donde cada año se registran muertes evitables por procedimientos clandestinos, la invitación de los especialistas es a que antes de tomar la decisión de operarse, verifique, pregunte, investigue y priorice la vida por encima del precio.