Por: Lino Villanueva
La obra de Gabriel García Márquez alcanza para ser considerada como narrativa de los Guiones de Turismo en Colombia. Gabito en sus relatos va mostrando la colorida exuberancia de su tierra natal, Colombia, el país de la belleza. Esto se pudo corroborar en el segundo Boot camp Nacional para Guías Profesionales de Turismo «Viviendo Macondo», que se desarrolló en la ciudad de Riohacha, La Guajira, entre los días 20 y 22 de agosto pasados. Los Guías Profesionales de Turismo de Colombia tuvieron la dicha de participar activamente en este evento que tomó como Base de Campamento la Casa Museo y Ranchería Wayú Aldina Pimienta el Dividivi. Cabe aclarar aquí que un Boot camp es un programa educativo intensivo, práctico y acelerado que enseña habilidades específicas y demandadas en un corto período de tiempo, para preparar rápidamente a los participantes para el mercado laboral. Su enfoque práctico prioriza el «aprender haciendo» sobre la teoría, buscando formar profesionales capaces de insertarse eficientemente en un campo laboral específico. Este evento fue organizado y coordinado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, asegurando el cumplimiento del objetivo de fortalecer las habilidades narrativas y de interpretación de los Guías, incorporando detalles de realismo mágico para enriquecer esa expresión cultural, aplicándolo a sus Guiones Turísticos, para brindar a turistas locales y extranjeros servicios y experiencias turísticas profundas, enriquecedoras, robustas, atractivas, diferenciadas y alineadas con la literatura, la cultura y las narrativas de la localidad, lo cual forma parte del crecimiento de los Guías y la sensibilidad hacia lo que buscan ahora con mayor frecuencia los visitantes de Macondo. Hay que destacar la participación de los representantes del Departamento del Atlántico, Guías Profesionales de Turismo de Barranquilla, Piojó, Malambo y Soledad.
A propósito de Soledad, uno de los momentos más sublimes de este encuentro nacional, se dio cuando uno de sus Guías delegados (Dayán Hurtado) supo expresar y mostrar la riqueza de la cultura atlanticense, cantando en versos decimeros y tomando como tema de ese canto ancestral, la obra de Gabito. El canto en décimas en el Caribe consiste en una forma de poesía oral cantada, que utiliza una estrofa de diez versos octosílabos con una rima y estructura fijas, originaria de la península ibérica. Los cantores o decimeros expresan ideas, sentimientos, narran sucesos de la vida comunitaria y del paisaje, mostrando la identidad cultural de su región. La décima se originó en la ciudad de Ronda, en la provincia de Málaga, durante el siglo de oro, y fue traída a América, donde arraigó fuertemente en la cultura popular, particularmente en el Caribe. Cumple una función social, sirviendo para la expresión de sentimientos o la interpretación de la cosmovisión de la comunidad. La persona que la fijó y popularizó fue el poeta rondeño Vicente Espinel a finales del siglo XVI, a través de su obra “Diversas rimas”, aunque el poeta y dramaturgo Lope de Vega también contribuyó a su difusión.
Resaltamos este episodio de la décima en este evento nacional de Turismo porque es precisamente allí, en encuentros como éste, donde se deben mostrar patrimonios culturales como éste. La décima es una tradición muy arraigada en varias regiones del Caribe, destacándose especialmente en Cuba, Puerto Rico y la costa caribeña de Colombia, así como en otras áreas con fuerte influencia hispánica como Panamá. En estos lugares, la décima ha evolucionado de una forma poética de origen español a un fenómeno cultural popular que se canta, se improvisa y se utiliza para expresar ideas, sentimientos y describir el entorno.
Sin temor a ser tildados de especulativos, a propósito de la obra de Gabriel García Márquez y su relación con regiones como La Guajira colombiana, bien podríamos deducir que el acordeonero Francisco el Hombre venció al diablo cantando en décimas al revés (estilo decimero que también se da en todo el Caribe). Contó Gabito en la novela “Cien años de soledad” que una noche, en un duelo musical con el mismísimo diablo, Francisco entonó una conocida oración al revés, haciendo que el maligno huyera despavorido, asegurando así su lugar en la inmortalidad del folclor.