
En la apertura del Encuentro de la Jurisdicción Ordinaria celebrado en Villavicencio, el presidente Gustavo Petro planteó ante la Corte Suprema de Justicia la creación de una nueva sala especializada en asuntos ambientales. La propuesta busca dar respuesta a los crecientes conflictos entre intereses económicos y la protección de la vida —tanto humana como natural— en un contexto global de crisis ambiental.
“El mundo está viendo cómo las instituciones de justicia tradicionales han sido superadas. Ya no garantizan justicia, ni a nivel nacional ni global”, afirmó el mandatario, señalando que los actuales mecanismos judiciales no logran responder a las complejidades de los conflictos contemporáneos, en especial los relacionados con el medio ambiente.
Petro sugirió que se conforme un equipo de expertos para diseñar un proyecto de ley que permita la creación formal de esta nueva instancia judicial. Según el presidente, esta sala tendría la función de dirimir disputas donde lo que está en juego es la supervivencia misma frente a la lógica de la codicia. “Si la vida no vence a la codicia, esta nos aplastará. Nos asesinará como humanidad”, advirtió.
Como antecedente, destacó la reciente creación de la jurisdicción agraria, impulsada por su gobierno en el Congreso, como un esfuerzo por canalizar de forma pacífica los históricos conflictos por la tierra en Colombia. “Por la tierra nos hemos matado durante décadas. Hoy estamos intentando construir soluciones jurídicas, y ya tenemos una sala agraria que empieza a operar. Su efectividad la evaluaremos con el tiempo”, dijo.
Durante su intervención, Petro cuestionó el papel de las cortes como últimas instancias para resolver disputas sociales no resueltas por otros medios. “¿No estaremos viendo en estas salas una especie de cúspide de todos los conflictos de la sociedad?”, preguntó, sugiriendo que se requiere un cambio más profundo en la forma en que la sociedad enfrenta sus problemas estructurales.
Finalmente, el jefe de Estado llamó a repensar el papel del poder constituyente —no como una asamblea, sino como la capacidad misma de la sociedad para tomar decisiones fundamentales—, y abogó por una nueva visión en la que la humanidad se asuma como un sujeto político con capacidad real de acción global frente a la crisis ambiental.