La comunidad rural, ubicada en una isla a orillas del río Magdalena, confía en que el proyecto anunciado por la alcaldía permita recuperar caminos veredales, proteger parcelas y reactivar el puerto fluvial.
En el sector rural de Ponedera, donde cerca de 300 campesinos viven en 350 parcelas en una isla a orillas del río Magdalena, la esperanza de un cambio empieza a tomar forma tras décadas de dificultades. La erosión y los desbordamientos del afluente han provocado inundaciones que afectan caminos veredales, bloquean el transporte y dañan los cultivos de pancoger que son la base de su sustento.
Durante años, los habitantes de la zona han elevado solicitudes a las administraciones municipales sin obtener soluciones de fondo. La falta de vías adecuadas ha impedido que los agricultores puedan movilizar sus productos hacia los mercados locales y, en especial, a Barranquilla, principal destino de su producción.
La actual administración, bajo la dirección del alcalde Aristalco Romero Mediño, anunció por primera vez la puesta en marcha de un proyecto que busca responder a estas necesidades históricas. El plan contempla dragados en puntos críticos del río, la construcción de canales de desfogue y el reforzamiento de los arroyos, medidas que permitirían recuperar la movilidad de la zona, proteger los cultivos y potenciar el pequeño puerto fluvial del corregimiento.
“Con este proyecto se nos abriría un nuevo panorama. No solo podríamos sacar nuestros productos a tiempo, también tendríamos más oportunidades de empleo y comercio”, señaló un campesino de la isla, quien confía en que las obras se ejecuten sin retrasos.
Los pobladores coinciden en que la intervención podría marcar un antes y un después en la economía de Ponedera, siempre que el compromiso de las autoridades se traduzca en hechos. Hoy esperan que las promesas se conviertan en realidades, con la convicción de que un dragado bien ejecutado puede significar la salvación de sus tierras y el impulso al desarrollo económico de todo el municipio.